El Concello de Boborás adjudicó en su día a la empresa Viñedos del Miño la gestión de las casas. La empresa coruñesa tenía ya la rectoral de Pazos de Arenteiro, rehabilitada por la Xunta y destinada a turismo rural por Turgalicia, y desde el organismo municipal se confiaba en que dicha situación beneficiase a la promoción del conjunto y sirviese para atraer más visitantes al enclave monumental.
La previsión municipal se quedó en un sonoro fiasco: la empresa nunca llegó a crear los establecimientos de turismo rural y el Concello de Boborás tuvo que reclamar insistentemente la devolución de las casas.
El conflicto con Viñedos del Miño sigue en otro frente: la inactividad de la rectoral como establecimiento de turismo rural. El Concello se ha quejado a la Xunta por esta situación.