Un Mundial de sueños cumplidos

Aleixandre Méndez
Álex Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

CAPOTILLO

Manuel Ojea (oro), Diego Calvete (plata) y Óscar Justo (bronce) vivieron con emoción el éxito en casa

04 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Subir al podio en un Mundial es un sueño recurrente para cualquier deportista. Pero si además ese campeonato se disputa en tu casa, el escenario es todavía más onírico. Sin embargo, tres duatletas pudieron hacer realidad esta fantasía el pasado domingo en Pontevedra, donde lograron colgarse al cuello una medalla en sus respectivas categorías delante de su familia y amigos.

Manuel González Ojea alcanzó la gloria en la prueba estándar del grupo de edad de 55 a 59 años. El deportista pontevedrés firmó una competición redonda llegando a la meta con más de tres minutos y medio sobre el segundo clasificado. Y lo hizo a pesar de que el de Pontevedra fue su primer mundial de duatlón.

Manuel lleva más de media vida subido a una bicicleta, sobre la que ha competido en seis campeonatos del mundo de ciclocrós desde 1976. Pero cuando supo que el de duatlón de este año sería en su casa, justo un año después de lograr la clasificación con un bronce en el nacional del año pasado en el mismo escenario, decidió prepararlo a conciencia. Las expectativas eran buenas, pero él reconoce que lograr el triunfo fue más de lo que esperaba. «Sí que tenía esperanzas de podio -admite-. Había visto los tiempos que habían hecho el año pasado y sabía que mis parciales eran mejores, aunque nunca sabes lo que puede pasar al ser un circuito diferente», añade.

La condición física para codearse con los mejores parecía, por tanto, asegurada. Pero con lo que no contaba era con el plus que le otorgó competir en casa. «El circuito estaba sembrado de gente conocida, pero nunca imaginé que ayudase tanto. Me animaban tanto que parecía que todo Pontevedra me conocía», asegura Manuel.

Otro de los grandes triunfadores del campeonato fue el portonovés Diego Calvete, que con 32 años se colgó la plata en la categoría PT4 de paraduatlón. En su caso, la vinculación con el deporte es más reciente. Después de practicar atletismo hasta los 13 años, defendiendo los colores de la Gimnástica, lo abandonó para centrarse en otras aficiones. Ocho años después, un accidente de tráfico le seccionó un nervio en el hombro que le impide mover el brazo izquierdo con normalidad.

Pero este contratiempo, lejos de limitarle, le ha dado fuerzas para recuperar su pasión por el deporte. Así, hace menos de tres años retomó el atletismo y la pasada temporada ya logró proclamarse campeón de España de 400 metros. «Empecé a correr para ponerme en forma», explica Diego, que defiende los colores del San Miguel de Marín en este deporte. La bicicleta llegó después, ya que apenas empezó a entrenar sobre dos ruedas hace cinco meses. Y a la vista del resultado, parece difícil vislumbrar el techo del portonovés.

«Esta era mi primera carrera internacional, y no tenía ni idea del nivel. Aunque sabía que lo normal es que tuviese ventaja a pie», asegura Diego. Así, después de encabezar la prueba en el primer sector, cedió algo de tiempo sobre la bicicleta, pero todavía tuvo fuerzas para remontar y alcanzar el segundo cajón del podio espoleado, al igual que Manuel, por el público. «Correr en casa fue una pasada -destaca-. El apoyo de mi familia y mis compañeros de entrenamiento ayudó muchísimo», reconoce.

Por último, el trío de ases locales lo completa Óscar Justo. Con 19 años, y solo dos practicando triatlón integrado actualmente en las filas del Galaico tras iniciarse en el deporte jugando al fútbol, el joven de Salcedo también se estrenó en casa en una cita internacional con un bronce en el grupo de edad de 16 a 19 años que superó todas sus expectativas. «Venía con la intención de hacerlo bien, pero no pensaba en el podio», admite. Y en lo que también coincide con Ojea y Calvete es en que contó con un arma secreta para lograrlo, ya que también destaca que «correr en casa, por la zona donde entrenas habitualmente y con la gente apoyándote es una motivación extra».

Retos de futuro

Con el dulce sabor de sus éxitos todavía reciente, y el recuerdo que les quedará para siempre muy presente, los tres se marcan ya nuevos retos. Manuel, que ya alcanzó la cima en el duatlón, los centra ahora en la pasión de su vida: el ciclocrós. Con cinco entorchados nacionales en su palmarés y un octavo lugar en un mundial como sus mayores logros, ahora no renuncia a subir también a lo más alto del podio internacional en esta disciplina. «Será muy difícil, pero no imposible», avanza.

Por su parte, Calvete centra sus ojos en el triatlón. «Nadar es nuevo para mí y me falta la técnica para adaptarme». Su objetivo más inmediato, afirma, será el campeonato de España de dentro de tres meses. Y Óscar también apunta a este deporte como su gran reto de futuro, con Gómez Noya como el espejo en el que mirarse. «Me gustaría disputar algún día pruebas de la Copa del Mundo o las Series Mundiales, aunque lo veo lejos y todavía debo seguir progresando», afirma.

Los tres reconocen que tener el apoyo de su gente fue «una motivación extra» para lograr sus metas