Arturo Álvarez cumple 20 años con dos nuevas colecciones de lámparas

Javier Armesto Andrés
javier armesto REDACCIÓN / LA VOZ

FIRMAS

<span lang= es-es >Totalmente hecho a mano</span>. Arturo Álvarez produce desde su sede de Vedra -«un taller de alta costura»- piezas de iluminación que vende en 50 países de todo el mundo. Arriba, a la derecha, una lámpara colgante de vidrio de la serie Vento, uno de los primeros diseños.
Totalmente hecho a mano. Arturo Álvarez produce desde su sede de Vedra -«un taller de alta costura»- piezas de iluminación que vende en 50 países de todo el mundo. Arriba, a la derecha, una lámpara colgante de vidrio de la serie Vento, uno de los primeros diseños.

La empresa santiaguesa es uno de los referentes del diseño internacional

24 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La firma de iluminación Arturo Álvarez celebra este año su veinte aniversario con más brillo que nunca. Sus lámparas decoraron recientemente eventos como el Fórum Gastronómico o la gala de los Premios Mestre Mateo; el magazine internacional The Culture Trip ha incluido a Álvarez entre los diez mejores diseñadores españoles del momento, junto a nombres como Patricia Urquiola o Jaime Hayón, y acaba de abrir oficina en Nueva York para dar servicio y asistencia a los clientes de Estados Unidos, mercado en el que la empresa gallega desembarcó hace seis años. Actualmente está presente en 50 países.

Desde su nacimiento en 1994, la compañía ha mantenido intacta su filosofía artesanal: diseño y producción de luminarias decorativas hechas totalmente a mano. Las primeras estaban hechas de vidrio, con el que crearon la mítica colección Vento, un modelo de gran elegancia y formas suaves y sinuosas. Luego vendrían la silicona, con series como Nevo, Gea o Coral; el tablero marino, la tela y el Simetech, un nuevo material -translúcido, flexible y lavable- patentado por Arturo Álvarez; cálido y luminoso, permite desarrollar volúmenes y texturas originales.

Dos nuevas colecciones lanzadas este año, Icarus y Caos, experimentan con el cordón de celulosa reciclado. La primera es un aplique que la firma define como «un disco solar formado por infinitos movimientos interiores». Produce una luz uniforme y poderosa que se expande en todas direcciones iluminando el espacio. Caos es una lámpara colgante inspirada en «el estado primigenio del cosmos anterior a los dioses y fuerzas elementales». Un desorden que al final deviene ordenado en un volumen armonioso, bello, lleno de energía, movimiento y luz.

«El centro de nuestro proyecto es el ser humano. Nuestras lámparas provocan sensaciones emocionales, de bienestar», explican desde la firma, que ha recibido numerosos premios de diseño como Good Design, Red Dot o, recientemente, el HD Product Design Competition 2013 en Las Vegas.

En el 2008 nació LAB Arturo Álvarez, un laboratorio de ideas para dar cabida a la sensibilidad de otros diseñadores y abrir así un nuevo marco de experimentación técnica y formal. Nombres como El último grito (Rosario Hurtado y Roberto Feo), Martín Azúa o Héctor Serrano se han sumado al proyecto, que busca redefinir la iluminación decorativa y comercial.

Influencias arquitectónicas

La arquitectura de vanguardia es una de las influencias aceptadas por Arturo Álvarez. «Comparte muchos de los valores y principios que guiaron la carrera de los Eames [el matrimonio norteamericano Charles y Ray Eames]», explican en la firma con sede en Vedra, y desgranan cuáles son: «Un trabajo honesto, constante investigación sobre los materiales y sus posibilidades y la unión de pasado con futuro».

También reconoce que algunas de sus creaciones se han inspirado en la obra de Frank Lloyd Wright -el arquitecto de Wisconsin diseñó algunas lámparas Tiffany- y en su filosofía centrada en las necesidades del ser humano y las cosas hechas a mano.