En el caso de las parejas que conviven pero no están casadas, el proceso de separación de los dos adultos no implica ninguna decisión jurídica, pero la ruptura sí pasa por los tribunales en el caso de que tengan hijos, ya que es igualmente necesario regular los acuerdos de guardia, custodia y alimentos de esa descendencia. En los últimos años, tal y como resalta el resumen del Consejo General del Poder Judicial, estos procesos son los que experimentan un mayor porcentaje de incremento. La razón, según explican los abogados, no es otra que la propia realidad social de que cada vez hay más parejas que optan por convivir y tener hijos sin contraer matrimonio.
En la provincia ourensana, en el último trimestre del pasado año ingresaron en los distintos partidos judiciales 64 asuntos, de los que 50 corresponden a procedimientos no consensuados y 14 a propuestas en las que hay acuerdo entre las partes.
Casi todos en la ciudad
En este epígrafe de unidades familiares no casadas pero con hijos, se hace evidente la presión conservadora en el rural y queda reflejada la existencia testimonial de este tipo de parejas, con respecto a la capital. De hecho, de los 64 casos en los que se solicitaban esas medidas para decidir la custodia y manutención de los hijos, 44 residen en la ciudad. Le siguen, a mucha distancia, los partidos judiciales de O Carballiño (8 solicitudes en el último trimestre del pasado año), Xinzo (5), Ribadavia (3), y Celanova, Trives y Bande con 1 solo caso.