Las donaciones que hacen grande al Museo de Pontevedra

María Conde PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

cedida

La entidad incorporó este 2013 setenta registros a sus actuales 18.000

05 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Una brillante parte de los 86 años de historia que atesora el Museo de Pontevedra ha podido escribirse gracias a las donaciones y depósitos de obras que ha recibido desde su fundación. Depósitos que son de lo más diverso, como lo son los fondos que se distribuyen por las seis sedes de la entidad y que hacen de este conjunto un referente artístico a nivel de Galicia y nacional. En este 2013 han sido 69 los registros que ha incorporado la entidad a través de esta fórmula, y con las que el Museo suma en estos momentos 18.106.

Seguramente, por el volumen de la obra y su significado, el legado de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao ocupe el primer lugar en el ránking histórico de incorporaciones. El patrimonio que alberga el Museo fue aportado por el propio artista -dejó instrucciones para que se incorporaran por ejemplo, los Álbumes de guerra-, las hermanas del galleguista y también por uno de sus mejores amigos, Álvaro Gil, compañero en el Partido Galleguista y que trabajó en la Misión Biológica de Pontevedra. Para el director de la entidad, Carlos Valle, «Gil es una figura por descubrir en Galicia», señala, tras explicar que por ejemplo, la versión definitiva de Os vellos non deben namorarse, el legado sobre As cruces de Pedra o los Álbumes de Negros llegaron al Museo por la vía Gil, a través de su hija.

Otros dos conjuntos que el director pone en valor son los de José Fernández López y Gonzalo Fernández de la Mora. En el primer caso, el fundador de Pescanova no solo entregó obra, sino que hizo aportaciones económicas, la más importante para construir el edificio de la entidad que lleva su nombre. En la relación de donaciones figuran desde libros sobre Goya, a dos tomos de las obras manuscritas de Sarmiento.

En el año 94 la Diputación adquirió 313 obras artísticas de la colección de Fernández López por 3,6 millones de euros. Un precio nada desorbitado si se piensa que solo una de las piezas, el cuadro de Sorolla Antes del baño, es una versión de la misma obra que Sotheby?s sacó a subasta por seis millones de euros en el año 2005. En el caso de Fernández de la Mora, donó su prestigiosa colección de plata, integrada por piezas procedentes de todo el mundo.

Tampoco se entenderían los fondos bibliográficos del Museo sin la aportación de Sánchez Cantón, que donó su biblioteca y archivo, «clave para el estudio de la cultura desde los años 20 en España». «La historia del Museo del Prado no se puede escribir por ejemplo sin ese archivo», señala.

Una de las más recientes colecciones depositadas en el Museo es la de Sánchez Mesas-Fernández de Tejada, que tiene su exhibición en el recién rehabilitado edificio Sarmiento. Y todavía está pendiente de ingreso la donación del legado artístico que dejó en su testamento la catedrática e investigadora Alicia Crespí.