Un ángel de la guarda para las mascotas de O Salnés

FIRMAS

El agente ha liberado de la tortura de las «pexas» a numerosos caballos en el monte Xiabre.
El agente ha liberado de la tortura de las «pexas» a numerosos caballos en el monte Xiabre. martina miser< / span>

14 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

R ubén Dorado tiene un don cuando se trata de perros, gatos o caballos. Así lo certifican sus compañeros en el Seprona de Vilagarcía, que han visto como muchos animales se tranquilizan y se vuelven dóciles al cabo de unos minutos de entrar en escena este agente de la Guardia Civil. No es de extrañar, por tanto, que el resto de la unidad ya le conozca como El adiestrador de perros o El hombre que susurra a los caballos. Su más reciente acción fue salvarle la vida a Ker, una perra mestiza de bóxer que mostraba signos de envenenamiento en la bajada a la playa de Canelas, en Sanxenxo. Sin embargo, sus compañeros destacan otras intervenciones, como las que llevó a cabo en el monte Xiabre para retirarle las trancas que martirizaban a algunos equinos. El propio Rubén reconoce, entre risas, que «me parece que no me queda ningún caballo por quitarle la pexa». Estima que pudo haber liberado a doce o trece animales de esta suerte de esposas que limitan los movimientos de las patas y que, al mismo tiempo, le pueden provocar sufrimiento físico. Reconoce, en todo caso, que lo de las trancas es «lo que da más trabajo» a su unidad, si bien el esfuerzo está mereciendo la pena en Xiabre: «Está prácticamente erradicado. Hemos quitado, como quien dice, la práctica totalidad de las trancas existentes en O Salnés».

De gatos y perros

Además de las intervenciones con caballos, Rubén ha tenido que lidiar con desaprensivos que colocaron lazos que atraparon a perros, con furtivos cuyos cepos maltrataron a animales o con personas capaces de dejar trampas de veneno a alcance de mascotas. Si el caso más reciente fue el de Ker, en el pasado su unidad ya investigó y esclareció otro caso del que fueron víctimas unos gatos en Cambados. En todo caso, este agente del Seprona tiende a la modestia cuando se le pregunta por su labor. «Es el trabajo nuestro de cada día», afirma, al tiempo que añade que «nuestro trabajo como especialistas es llegar, rescatar al animal y entregarlo a los veterinarios». Su amor por los animales queda, si cabe, más patente cuando se mira a los ojos de Petitsuisse, una gran danés al que, en un primer momento, salvó la vida y, posteriormente, adoptó.