Destaca la autenticidad de las piezas de Valle-Inclán que se exhiben
10 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Poner al alcance de la sociedad el contenido de aquellos edificios seleccionados para perpetuar la memoria de los grandes autores es el objetivo de la Asociación de Casas-Museo y Fundaciones de Escritores (Acamfe), un colectivo al que pertenecen sesenta instalaciones de España y Portugal. En esta selecta lista se encuentra el museo pobrense dedicado a Ramón María del Valle-Inclán. Su reapertura fue considerada por la Acamfe un acto de peso suficiente como para enviar a la sala al presidente, el canario Antonio María González Padrón. Tras la inspección de las estancias de la torre de Bermúdez, dejó unas impresiones altamente positivas sobre lo que vio en el emblemático edificio de A Pobra.
-De la que fue su primera visita al museo Valle-Inclán de A Pobra, ¿qué impresión se llevó?
-Me llevé una impresión muy grata, no solo porque me he encontrado con una edificación realmente hermosa, sino porque ha sido muy bien tratada y restaurada. Del interior, destacaría la amplitud de los espacios y la coordinación perfecta entre museografía, el arte de colocar las piezas, y museología, que es la marca, el discurso de cada objeto.
-¿Cómo se gestó su presencia en la reapertura del museo pobrense dedicado a Valle-Inclán?
-Fue el director del museo, Antonio González, quien me trasladó la invitación en septiembre, durante el segundo congreso de la Acamfe, que tuvo lugar en Madrid. La junta directiva de la asociación consideró que el presidente tenía que estar en A Pobra, dando el espaldarazo a esta iniciativa. Con mi presencia, el colectivo quiere manifestar su apoyo a esta nueva andadura de la casa museo pobrense, destacando la unión que se ha firmado con la institución de Vilanova.
-¿Qué opinión le merece esta línea de colaboración que siguen las dos salas dedicadas a Valle-Inclán?
-Es extraordinaria. El protocolo firmado entre A Pobra y Vilanova es un ejemplo a seguir. Puede hacerse lo mismo con los museos de Unamuno que están en Salamanca y en Fuerteventura e incluso con aquellas salas que tienen duplicidad en España y en América.
-¿Qué destacaría de la actuación realizada en el museo pobrense?
-Primero, destacaría el hecho de que en un momento de crisis se haya tenido la valentía de reabrir una casa museo y que se haya hecho con el apoyo de las administraciones municipal y autonómica. Claro está, es fundamental la colaboración que ha mostrado la propia familia de Valle-Inclán en la búsqueda de objetos, libros y otras piezas, que sirven para afianzar el proyecto. No todas las casas museo tienen piezas originales y autentificadas de sus autores.
-¿Echó algo en falta?
-Lo único que me hubiese gustado es ver a grupos de escolares y de turistas entrando a tropel. Al museo le falta abrir las puertas y que la gente crea en el proyecto, que lo haga suyo. Para mí es destacable el sistema de seguridad mediante cámaras y vídeo que se ha instalado en el edificio. Este método permite controlar a los visitantes con discrección, sin que se encuentren con vigilantes que los siguen allá donde van. Aunque parezca un sistema corriente, no existe en grandes museos como el Reina Sofía o el Prado.
-¿Le concede entonces un gran nivel a la sala pobrense?
-Hasta el momento, de las sesenta casas museo que están adheridas a la Acamfe he visitado en torno a medio centenar y puedo decir que la de A Pobra está entre las mejores casas museo de España. Es muy comparable con la de Las Palmas que está dedicada a Galdós o, mejor aún, con la de Miguel Hernández en Orihuela y con la Juan Ramón Jiménez de Huelva, por citar las principales. No podía ser menos, porque estamos hablando de Valle-Inclán.
-¿Habrá nuevas visitas a la localidad pobrense por parte de la directiva de Acamfe?
-Queremos volver, tanto a A Pobra como a Vilanova y a Santiago, con la idea de impartir un ciclo de conferencias sobre los autores de España y Portugal. Valle-Inclán serís uno de los ejes de dichas jornadas, en las que pretendemos relacionarlo incluso con Pérez Galdós. Todos los que amamos la literatura no tenemos que descubrir a Valle, es de sobra conocido, pero sí hay que volver a hacerlo popular. Durante un tiempo, fue uno de los autores españoles más leídos por la gente común y, en gran medida, esa facerta se ha perdido.