La rehabilitación «salva» al ladrillo en la comarca

M. Ballesteros OLEIROS / LA VOZ

FIRMAS

CÉSAR DELGADO

Las licencias en concellos como Arteixo y Oleiros cayeron desde el 2007, pero los permisos para arreglos subieron

03 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El desplome del sector inmobiliario desde que la economía tocó techo en el 2007 hasta hoy es insalvable y no entiende de fronteras, pero, ante la parálisis de la obra nueva, los proyectos de rehabilitación han conseguido amortiguar en muchos concellos de la comarca el batacazo del ladrillo.

Municipios como Arteixo u Oleiros, donde las licencias de obra cayeron más de un 50?%, han visto crecer los permisos para rehabilitar y en otros como Betanzos, donde la bajada de la actividad ha sido mucho más leve, la rehabilitación es hoy la obra mayoritaria.

Entre los concellos de la comarca, donde solo Sada ha incrementado su actividad de forma significativa desde el 2007 hasta el 2012, son mayoría los municipios que han experimentado caídas de al menos dos tercios en el número de licencias.

El concello con más permisos de obra concedidos justo antes de iniciarse la crisis, Oleiros, pasó de 146 entonces a 54 el año pasado, según los últimos datos de Instituto Galego de Estatística (IGE). Las licencias para rehabilitación, en cambio, aumentaron de 10 a 12.

Situación similar se ha producido en Arteixo, otro de los municipios con más actividad inmobiliaria. El Concello arteixán firmó hace seis años 99 licencias de obra, de las cuales 29 correspondieron a rehabilitación. El año pasado, en cambio, el grueso de la construcción se centró en trabajos de recuperación de inmuebles: fueron 32 permisos de un total de 49 concedidos.

Un contraste de cifras significativo se ha producido también en el municipio de Miño donde se expidieron 67 licencias en el 2007, la inmensa mayoría de ellas (64) para proyectos de nueva construcción. El año pasado el Concello autorizó 15 actuaciones urbanísticas: 8 de obra nueva y 7 rehabilitaciones.

Los que no se salvan

En otros, sin embargo, la bajada ha sido tan acusada que ni las actuaciones de conservación y reforma han salvado la construcción. El de Bergondo es uno de esos casos. En el término municipal se concedieron 48 licencias que se quedaron en 10 cinco años después. Si la rehabilitación era minoritaria en el 2007 (9 licencias), el año pasado se quedó en un solo permiso.

Algo parecido le ha ocurrido al municipio de Carral que expedía 67 licencias cuando la crisis parecía todavía ajena y en el último ejercicio se quedó en solo 7. La rehabilitación en este concello pasó de generar 3 permisos de obra a uno.

Las actuaciones de recuperación de viviendas tampoco han subido en Culleredo, aunque proporcionalmente su evolución ha sido mejor que en proyectos de nueva construcción. Las licencias han pasado de 43 -5 de ellas de rehabilitación- a 15, de las que 2 fueron para trabajos en viviendas usadas.

En este escenario de caídas, solo tres municipios del área coruñesa presentan más actividad que al inicio de la crisis: Sada, Aranga y Paderne. El primero de los casos es, sin duda, el más significativo, ya que el volumen de obras es mayor. El Concello sadense expidió en el año 2007 13 licencias de obra y, transcurridos cinco años de crisis, casi ha triplicado esa cifra, con 36 el año pasado. Las de rehabilitación también se multiplicaron por tres, de 3 a 9. En Paderne, el número de licencias pasó de 2 a 4, mientras que en Aranga aumentaron de 3 a 7.

Sin llegar a subir, el municipio de Betanzos, por último, ha mantenido bastante equilibrada la actividad constructiva. En este término municipal, las licencias de obra pasaron de 26 a 22 y, entre uno y otro período, se han registrado picos de 37 y 38 permisos anuales. De los 22 del año pasado, 14 correspondieron a rehabilitación.