El talante conciliador del general

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

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Alonso Miranda dejará su puesto en la Brilat antes de finales de noviembre para pasar a la reserva o ascender en el escalafón militar

25 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En los últimos cuatro años el general Alonso Miranda se ha ganado el cariño de Pontevedra. Después de casi cuatro décadas defendiendo a España por todo el mundo, recaló en la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable en noviembre del 2009. Ahora, este ourensano de Verín, cesará en este cargo y todavía se desconoce su próxima función. Caben dos posibilidades, o pasa a la reserva o seguirá ascendiendo en el Ejército de Tierra. Su siguiente puesto podría ser el general de división. La última palabra, que deberá llegar en noviembre, la tendrá el Consejo de Ministros, encargados de dar el visto bueno definitivo.

El desembarco del general de brigada en Pontevedra llegó en un momento en que las relaciones entre vecinos y Ejercito no pasaban por el mejor momento. El talante conciliador que le reconocen los que le rodean sirvió para enterrar el hacha de guerra por el perímetro de la Brilat y devolver las buenas relaciones de antaño. En las primeras reuniones con los vecinos quiso estar presente, aunque a la hora de negociar el canon se retiró y dejó ese papel al Ministerio de Defensa.

Alonso Miranda llegó a Pontevedra «muy satisfecho» dispuesto a que su talante integrador primará en las relaciones sociales de la ciudad. Era su primera parada en Galicia después de un periplo que le llevó a participar en misiones en el extranjero. En el año 2000 fue jefe de Estado Mayor de la Agrupación Táctica Española número XVIII en Mostar, Bosnia. Solo un año después se trasladó a la Célula Nacional de Inteligencia en el cuartel general en Sarajevo. Su carrera también pasó por Afganistán como Jefe del contingente terrestre en el 2006, además de distintas funciones en Madrid, Almería o Fuerteventura.

Cuarenta años de carrera

Su dilatada carrera profesional arrancó en 1973 con el ingreso en la Academia General Militar de Zaragoza, donde obtuvo cinco años después el grado de Teniente del cuerpo general de las Armas del Ejercito de Tierra.

Desde entonces, Alonso Miranda siguió subiendo en el escalafón militar. A la base de Figueirido llegó tras ascender a general de brigada. Ahora empezará una nueva etapa profesional. En su haber quedará haber dirigido la Base de Infantería Ligera Aerotransportable, en la que trabajan cerca de dos mil personas, además de potenciar su presencia en la vida social de la ciudad. Es habitual verlo en exposiciones como Proezas del pueblo gallego 1809, celebrada el pasado agosto.

Como muestra de su integración en la vida pontevedresa, recibió el premio Amigos de Pontevedra en el 2011, casi al mismo tiempo que la Diputación entregaba la Medella de Oro de la provincia a la Brilat. Alonso Miranda suma y sigue. Hoy mismo, la asociación Amigos de Galicia le rinde un pequeño homenaje en Vilagarcía. «Nos dijo que contemos con él cuando deje el puesto para todo lo que necesitemos», señala Suso Busto, responsable de la oenegé. Esta declaración da buena medida del talante que el general Alonso Miranda ha intentado imprimir en la base de Figueirido.

Su adiós llegará, casi con seguridad, después de que vecinos y Ejercito hayan plasmado un acuerdo sobre el canon de la Brilat, en el que Alonso Miranda ha tenido un papel clave, el de abrir la negociación.