Dos hijos de emigrantes de la zona, ambos destacados intelectuales, murieron en un accidente en Madrid
20 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Hace unos días se conmemoró el 40 aniversario del accidente aéreo ocurrido en Montrove-A Coruña, en el que, entre otras víctimas, había siete miembros de una misma familia de Cee: una mujer de Lagarteira, sus dos nueras (una de ellas, de Venezuela, país en el que residían todos), y los cinco nietos de los dos matrimonios, de entre 18 meses y 6 años de edad. Fue, sin duda, el siniestro aéreo con mayor número de víctimas procedentes de la zona.
Pero no el único, al menos de manera indirecta. Y justamente este año también se conmemora una efeméride redonda, treinta años. Será dentro de tres meses, el 27 de noviembre. Ese día se estrelló en Mejorada del Campo, en Madrid, el vuelo 011 de la compañía colombiana Avianca. Era un Boeing 747 que realizaba el trayecto entre París y Bogotá, con escalas en la capital de España y Caracas. De los 192 ocupantes, solo sobrevivieron 11.
Ni Ángel Facal Rama (Montevideo, 30 de abril de 1926) ni Marta Traba Taín (Buenos Aires, 25 de enero de 1930), que tenían residencia en París, estuvieron entre los afortunados. Eran dos de los intelectuales que el Gobierno colombiano, expresamente a través del presidente Belisario Betancourt, había invitado para participar en el Primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana. Con ellos viajaban otros destacados escritores, profesores y artistas, que también perecieron.
Su muerte fue todo un impacto en el mundo de las letras y el arte hispanoamericano, aunque en España quedó un tanto diluida por la magnitud de la tragedia y porque en este país no tenían la misma relevancia. Para constatarla, basta un rápido examen a los análisis de sus obras, que puede leerse en multitud de libros y, como es lógico, en decenas de páginas y foros especializados en Internet.
Ángel y Marta estaban casados. Él era hijo de dos emigrantes bergantiñáns, y la ascendencia de ella no está tan clara: se cita permanentemente a su padre gallego, y en algún foro aparece Fisterra.
Los orígenes de Ángel los relata con extrema precisión su hijo Claudio, obtenidos de su tío Germán, hermano por tanto de su padre.
La madre era Carolina Facal, y había nacido en Traba-Coristanco. Recuerda como referencias la carretera hacia Fisterra y Carballo, «el centro urbano mayor, donde radicaban los servicios públicos y los abogados, muy importantes en una tierra parcelada hasta el infinito y con un exceso de población, lo que explica los pleitos de los campesinos».
El padre, Manuel Rama Rodríguez, procedía de Cores, un pueblo «en un valle bastante pronunciado, a escasos metros de la capilla y del Ayuntamiento», relata el hijo de Ángel, haciendo suyas las palabras de su tío, que realizó una visita a Galicia para conocer la tierra de sus progenitores, en un texto con otras muchas referencias familiares.
El hijo de esos emigrantes que eligieron Uruguay, como tantos bergantiñáns, para tener una vida mejor, salió inteligente. Estudió arte dramático, literatura y derecho. Como escritor, se le consideró uno de los principales ensayistas y críticos hispanoamericanos, y formó parte de la denominada Generación del 45. Publicó libros y artículos, fundó editoriales, ganó numerosos premios, impartió conferencias en numerosas partes del mundo, vivió en Venezuela, Estados Unidos (donde dio clases en las Universidades de Maryland y Princeton), y París. Marta Traba era su segunda esposa, con la que se había casado en el 69.
Las referencias sobre Marta también son muy numerosas. Estudio Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires, e Historia del Arte en la Sorbona y el Louvre de París, donde se casó en primer nupcias con un periodista colombiano. Como Rama, recorrió medio mundo en una vida intensa y apasionante. Crítica de arte, novelista, ensayista, conferenciante, profesora en las universidades estadounidenses de Middlebury, Harvard, el MIT o Stanford, algunas de las biografías que se han escrito sobre ella relatan que tenía cita para una operación en la que deberían extirparle un tumor canceroso. Pero el accidente de Madrid cortó de raíz cualquier atisbo de futuro para ella, su marido y otras 179 personas más.
30 años de una tragedia aérea
El padre de Ángel procedía de Cores-Ponteceso, y la madre, de Traba-Coristanco