«Fui el primer hombre en Ikea que cogió la baja por paternidad»

FIRMAS

04 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Dice que de su padre, que fue director de la Alhambra, heredó la pasión por el trabajo y de su madre la humildad. Acaba de cumplir 41 años. Lleva tan solo unos meses en A Coruña. «Me llamaron el 28 de diciembre, je, je. Me dieron cinco días para pensarlo y llamé al día siguiente para decir que sí», recuerda Enrique Pareja Megía, nuevo director de Ikea A Coruña. Quedamos en la tienda sueca. Me lo encuentro en la zona infantil atendiendo a unos clientes.

«Estudié Derecho e iba para inspector de trabajo, pero soy culo inquieto. Mandé un currículo a Decathlon (fue su primer trabajo en el sector comercial antes de incorporarse a Ikea) y me cogieron para la tienda de Castellón. Mi abuelo tenía una zapatería en Granada y siempre me atrajo este mundo. Cuando mis padres me vieron con el chaleco de Decathlon fue un impacto para ellos después de todo lo que habían invertido en mí», rememora mientras vamos hacia la cafetería. De camino se agacha a recoger un papel del suelo.

«Me apasiona la tienda, el cliente, la venta...», destaca este afable granadino que vivió muchos años en Sevilla, a raíz del nombramiento de su padre como director del Museo de Bellas Artes de la capital hispalense. En pocos tiempo solucionó los detalles de su nueva vida en A Coruña. «Ya conocía la ciudad porque tengo un amigo íntimo en Vigo y vinimos varias veces. Tardé tres días en encontrar vivienda y uno el colegio de las niñas», comenta.

Sus hijas, Marta, de 8, y Rocío, de 6, estudiarán en el Colegio Internacional Eirís, y para vivir escogió el corazón de A Coruña, la calle Real. «Vivir en el centro te permite conocer mejor como funcionan las cosas en tu entorno. Los gustos y costumbres de la gente», comenta Enrique, casado con una gaditana que trabajaba como jefa de administración de una empresa hasta que tuvo que dejarlo por el nuevo destino de su marido. En unos meses empezará a buscar trabajo.

«Los jefes de tienda solemos estar un máximo de 3 o 4 años en el mismo sitio y después... No sé, pero me interesa un lugar que sea bueno para la familia, que es otra de mis pasiones. Fui el primer empleado hombre en Ikea que cogí baja por paternidad. Estuve dos meses fuera y cuando volví me promocionaron para el departamento de expansión», destaca.

Vida deportiva

Se levanta muy temprano para poder ganarle horas al día. Ya hablamos de sus dos pasiones, el trabajo en la tienda y la familia, pero falta una tercera pata fundamental en la vida de Enrique, el deporte. En Sevilla llegó a formar el Club Deportivo Ikea con otros compañeros. «Salgo de casa a las seis y media de la mañana para ir a nadar a La Solana, correr o andar en la bici de montaña. Es un sacrificio, pero me permite estar a las ocho y media en la tienda y por la tarde-noche tener tiempo para las niñas», apunta. Ya participó en la carrera del Ventorrillo y en la de Arteixo, entre otras. «Llegas con un trofeo y las pequeñas flipan». Dice que en su casa el 70 % de los muebles son de Ikea, y que los montó él, y el resto «cosas que me fueron regalando». Ya ha ido de visita a las viviendas de empleados para saber «cómo viven los gallegos, cuáles son sus necesidades. No vendemos muebles, vendemos soluciones. Por ejemplo, aquí se despachan más paraguas que en otros sitios, pero hasta ahora no vendíamos paragüeros. Los hemos traído», resalta. Es consciente de que el 80 ?% de la clientela procede de A Coruña y por eso «queremos integrarnos más en la vida de la ciudad y tenemos en cartera varias promociones», asegura.

Está totalmente adaptado a su nuevo destino. «Aquí se come de todo y bien. Si tengo competición me cuido, pero no me privo. Cambié la Cruzcampo por la Estrella Galicia. El anterior director se fue a trabajar a Arabia Saudí y dijo que lo más iba a echar de menos es la cerveza», comenta con simpatía vestido con el llamativo uniforme de la multinacional.

«Vivir en el centro, me permite conocer a la gente»