«Nunca me planteé hacer carrera política. A mí me llamaron»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

EDUARDO PEREZ

El exconcejal recuerda su época organizando las fiestas de la ciudad

15 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Eduardo Blanco es un profesional del deporte que, durante una época, fue político. Mejor dicho, concejal. Y como tal sacó el deporte a la calle, metió a Prince en Santa María del Mar e ideó la mayor sala de conciertos de la ciudad: la playa de Riazor. Lejos de la política, actualmente preside la Asociación Galega de Xestores Deportivos.

-¿Cómo se mete un hombre del deporte en política?

-Lo de mi carrera política fue algo circunstancial. Colaboraba con el PSOE a través del grupo federal deportivo del partido, pero no era militante. Y en 1982, cuando yo tenía 26 años, me citó Paco Vázquez en la cafetería Marte y me propuso formar parte de su equipo. Yo en aquel entonces era el preparador físico del Liceo. Me preguntó Vázquez lo que yo querría hacer con el deporte en la ciudad, y le debió de gustar lo que le dije. En las siguientes elecciones fui en las listas del PSOE y entre 1983 y 1987 estuve como director del servicio municipal de deporte.

-Y terminó siendo concejal.

-Llevé Tráfico, Fiestas, Transporte, Turismo... Hice de todo. Pero lo mío era el deporte, al que le dimos un peso fundamental.

-¿Por qué dejó la política?

-En el verano de 1994 me fui a Madrid, porque me nombraron director general del Consejo Superior de Deportes. Acepté, pero con billete de ida y vuelta, porque aquí había dejado a mi familia.

-¿Nunca pensó en volver a la política?

-Tuve oportunidad de hacerlo, pero ya no tenía la pasión del principio. Y yo no sirvo para calentar sillones. Nunca me planteé hacer carrera política. A mí me llamaron.

-¿Qué destaca de su época como concejal de Fiestas?

-Quizás el mayor logro fue la puesta en marcha del Coliseo. Estuve en Estados Unidos viendo el Miami Arena y el Astrodome de Houston para coger ideas. Le metimos mucha caña, no dejábamos pasar un mes sin que tuviese actividad. Desde Frank Sinatra a las verbenas que organizábamos para los mayores, aprovechando que las orquestas estaban paradas en invierno. Estamos acostumbrados a una actividad pública que no innova, y eso no puede ser.

-Usted fue quien se llevó el Noroeste Pop Rock a la playa.

-Era un evento que movía a unos 7.000 chavales en el pabellón de los deportes y que lo dejaban destrozado. Por aquel entonces se acababa de ampliar la playa de Riazor, y allí los mandé. No fue bien acogida la idea en un primer momento, la oposición se me echó encima por si íbamos a arruinar la playa. Ese día llegué a casa a las siete de la mañana tras supervisar todo el dispositivo de limpieza.

-Se ha discutido mucho sobre el espíritu del Noroeste.

-El objetivo, en un principio, sí que era crear una plataforma de proyección para los grupos locales. Pero eso no estaba reñido con que fuese también una atracción para toda la familia, un evento que disfrutase toda la ciudad. Y eso se consiguió trasladándolo a la playa.

-¿Qué le parecen las actuales fiestas de María Pita?

-No critico los errores de otros. No sería justo ni ético. Respeto la actual gestión, aunque todo se puede mejorar, claro.

EDUARDO BLANCO Presidente de la Asociación Galega de Xestores deportivos