El ganadero no encuentra una industria que le recoja lo ordeñado
04 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El líder del sindicato agrario USAG, Leandro Quintas, acaba de anunciar que abandona la producción ecológica de leche y que retorna a la convencional. Lo deja después de seis años abanderando este tipo de leche desde su explotación de 200 hectáreas, con fincas en los concellos de Palas y de Santiso.
Quintas asegura que el problema surgió cuando quebró la industria de Melide a la que le entregaba el millón de kilos de leche de su explotación. Le dejó pendientes 87.000 euros.
El problema realmente, según Leandro Quintas, que echa por tierra dos años de preparación para producir en ecológico y seis años más de trabajo, surgió al buscar el relevo de la industria en quiebra. El sindicalista confiesa que inicialmente parecía fácil encontrar otra fábrica que recogiera la leche de sus vacas. En la práctica no lo fue y por eso decidió abandonar.
El cambio a producción convencional deja atrás ocho años de ilusiones, los dos de reconversión de la explotación y los seis de venta de la leche a 0,53 euros, según las últimas facturas. A partir del mes próximo, cobrará la leche a 0,36 euros y se la entregará a una industria asturiana, Reny Picot, porque no encontró a nadie que se la recoja.
Leandro Quintas puso la situación en conocimiento del Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia, Craega, poco después de pasar una inspección de este organismo, sin que encontraran ni una sola pega a su explotación. Se lo comunicó también a la Xunta y a los partidos del arco parlamentario. «Deixo -señaló el ganadero- porque xa estou canso de promesas e de que me pidan paciencia e non me den solucións».
De los partidos políticos el único que se interesó por su situación y le anunció que llevaría el caso al Parlamento a través de una pregunta fue la formación que lidera el nacionalista Xosé Manuel Beiras. El resto, según dijo, lo ignoraron.
Hasta hace unos días las vacas de la explotación lechera de Leandro Quintas consumían pienso ecológico, que es más caro que el convencional. Supone, según dijo, 300.000 pesetas de diferencia (algo más de 1.800 euros) en cada camión que llena los silos de su granja, cuando en los últimos tiempos está vendiendo la leche como convencional y no como ecológica.
La de Leandro Quintas fue una explotación modélica cuando la puso en marcha en el año 2006. Una vez que traspase la barrera entre ecológica y convencional el retorno a la primera opción va a ser nuevamente difícil. El ganadero no se resigna a echar por tierra tantos años de trabajo y gastos, pero no ve una salida a su situación sin los apoyos necesarios. En Galicia muy pocas empresas recogen este tipo de leche. El esfuerzo para llegar a cumplir todos los requisitos que exige la normativa en vigor fueron importantes y supusieron gastos añadidos. No cobró las ayudas.
crónica vuelta al pasado