El encuentro entre el alcalde de Ourense y el presidente de la Diputación se preparó como algo más que una visita protocolaria. Todo estaba medido para abrir una nueva etapa entre ambas instituciones y rebajar el clima de tensión creado por los continuos rifirrafes PSOE-PP. Baltar se presentó a la cita sin su portavoz en el Concello, Rosendo Fernández, lo que se interpretó no sólo como una descalificación a su número dos sino como una concesión al regidor que tiene en el portavoz del PP a su bestia negra dialéctica. El alcalde correspondió con un sorprendente regalo a su huésped. No fue un obsequio que, como dice el protocolo, pasa a engrosar el inventario de la Diputación. Agustín Fernández (¡ay esos conceptos entre lo público y lo privado adquiridos en las fiestas de Palmés!) obsequió a Baltar con un body para su hija recién nacida más propio del ámbito particular que del representativo. La iniciativa fue todo un ejemplo de la atmósfera casi íntima que presidió una reunión de la que salieron palabras de colaboración «absoluta». Al día siguiente, en cambio, el PP arremetía contra el regidor por las «lamentables» fiestas de Ourense y por la desmesura de la plantilla municipal (1.600 trabajadores, según Democracia Ourensana) y el PSOE amenazaba a Baltar con los tribunales si no aclara como pagó el uso del Paco Paz en el congreso del PP y motejaba a la ministra de Fomento de «mentirosa» y «traidora» en base a un documento de trabajo del ADIF (al que este negó validez) en el que constaba una vía única en el tramo del AVE de Ourense. ¡Qué lejos estaban esas palabras (dichas en una rueda de prensa avalada por la presencia del alcalde) de las que éste pronunciara ante Baltar pidiendo unión para «ilusionar á xente» en torno al AVE! La furibunda y poco argumentada crítica a Ana Pastor fue un signo más de la diplomacia agustiniana consistente en decir una cosa y hacer justo la contraria.
La frase. Orla de honor, por lo que significa de afecto y amistad, para la frase de Clodomiro Montero en el artículo dedicado a Antonio Tabarés, exgerente del Inorde y del Parque Tecnológico, con motivo de su disposición a parar el penalti más trascendental de su existencia, el penalti del cáncer: «Detrás de la portería estarán sus cuatro mujeres y la familia; también sus amigos, sus hooligans, sus siareiros, sus admiradores y todos le gritaremos: ??Este penalti lo tienes que parar! ¡Es el penalti de tu vida!??». Ya veo a Tabarés transmutado en Casillas y alzando la copa de un nuevo triunfo personal.
El dato. Escalofriante. El número de muertos en la provincia de Ourense por suicidio duplica a los de tráfico en el 2012. ¿Por qué este dato es superior a la media gallega y casi el doble de la española? ¿Qué sociedad es ésta? ¿Qué hacen las autoridades? ¿Dónde está el Sabina local que nos hable de que hay «más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas??».