Tren y bus, las opciones más baratas y ecológicas para ir de Lugo a Madrid

Lucía Rey
lucía rey LUGO / LA VOZ

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El nuevo Alvia permite llegar a la capital en menos de 7 horas por 43 euros

09 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El tren y el autobús son las opciones más baratas y ecológicas para viajar de Lugo a Madrid desde que el pasado 2 de junio comenzó a operar un Alvia diurno. El nuevo servicio ferroviario, un convoy híbrido, transita por vías convencionales hasta la estación de Olmedo, en Valladolid, donde cambia a las de alta velocidad; una maniobra que acorta en cerca de dos horas el tiempo de viaje, ya que permite llegar en 6 horas y 50 minutos a la estación de Chamartín, en donde entra a las 14.47 horas.

El precio también es competitivo, ya que un billete convencional en clase turista cuesta 43,05 euros. En ese sentido, la página www.renfe.es oferta tarifas incluso más económicas -desde 16,15 euros-, pero tienen la desventaja de que limitan los posibles cambios y anulaciones, además de la elección de asiento.

A la posibilidad del convoy híbrido diurno se suma la del Trenhotel, que parte de la estación de Lugo a las once de la noche y arriba a la capital nueve horas más tarde, sobre las ocho de la mañana. A través de Internet, se pueden comprar billetes desde 36,55 euros.

Otra de las alternativas de transporte público para viajar a Madrid es el autocar. Por poco más de 41 euros se puede completar el trayecto entre la dársena lucense y la Sur, que está ubicada cerca de Atocha, a bordo de un Alsa. La duración media del trayecto es de 6 horas y 30 minutos, aunque algunas frecuencias, como la que sale de Lugo a las 14.00 horas, lo realizan en 5 horas y 45 minutos.

Con equipaje y sin tantas colas

Con este panorama, el transporte público ferroviario y por carretera gana terreno frente a otros medios de locomoción, como el automóvil particular o el avión, cuyos costes económicos, pero especialmente medioambientales, son bastante mayores. Los pasajeros que viajan en tren y autobús tienen otra ventaja, ya que pueden embarcar de forma directa en los vehículos, y sin sufrir las colas, largas esperas y tiempos muertos como los que a menudo hay que afrontar en las terminales de los aeropuertos cuando se necesita facturar el equipaje o recoger la tarjeta de embarque en el mostrador.

crónica el transporte público gana terreno frente al coche particular y al avión