Entre los años 2000 y 2004 una enorme grúa se irguió junto al Hospital Xeral. Remozar las doce fachadas del vetusto centro sanitario fue un proyecto más lento de lo esperado, en el que el Sergas tuvo que invertir 2,7 millones de euros solo en la torre. Fue un proyecto muy complejo, con imprevistos, y muy costoso. De hecho, en mitad de los trabajos se decidió ampliarlos por la situación de peligro de algunas zonas de la fachada. Aquella obra marcó el inicio de una serie de reformas que concluyeron en el 2007 con la ampliación del anexo, la creación de las urgencias pediátricas, el hospital de día oncológico y la construcción de nuevos quirófanos, entre otras.
Unas setecientas placas de un polémico color verde cambiaron por completo el aspecto del edificio que marca el techo de Vigo. La constructora fue OHL, que empleó una grúa de 92 metros para realizar los trabajos. Hasta entonces, los desprendimientos de la fachada eran constantes.