El extraño músico románico de Atán tiene muchos parientes

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

FIRMAS

ALBERTO LOPEZ

Un estudio señala la existencia de diversas figuras similares a la de Pantón

29 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La llamativa figura esculpida en un canecillo de la iglesia de Santo Estevo de Atán -que aparece en el folleto anunciador de las Xornadas da Rota do Románico y la Mostra de Viños de Pantón-, tomada durante mucho tiempo por un hombre sorbiendo vino de una barrica, tiene un buen número de parientes en diferentes lugares del norte de la Península. El historiador y musicólogo Faustino Porras ya había desvelado en un estudio publicado en el 2007 que estas figuras representan en realidad un instrumento musical desaparecido. Un nuevo trabajo de Porras aparecido el pasado febrero -en el que se menciona la iglesia de Atán- ofrece nuevos datos sobre este singular motivo del arte románico, más extendido de lo que se pensaba en un principio.

En su primer estudio, Porras señalaba la existencia de figuras similares en monumentos románicos situados en San Román de Lousada (Samos), Santa Mariña de Esposende (Cenlle), Santo Tomé de Serantes (Leiro), Santiago de Bembrive (Vigo), San Martiño de Moaña y San Pedro de Rebón (Moraña), así como en la iglesia de Santiago de A Coruña y la catedral de Lugo. Fuera de Galicia, el investigador señaló su presencia en Moarves de Ojeda (Palencia) y en las localidades burgalesas de Escalada, Monasterio de Rodilla y Miñón de Santibáñez.

En aquel trabajo se descartaba la posibilidad de que estas esculturas fuesen una representación satírica de la embriaguez, ya que en todas ellas el tonel aparece situado por debajo de la figura humana. «Si se tratase de una imagen cargada de contenido simbólico y finalidad moralizante, el tonel se situaría sobre la espalda del personaje para presentarlo como la pesada carga que debe soportar aquel que no controla sus debilidades», señalaba Porras.

Un nombre desconocido

Analizando las esculturas, el estudioso llegó a la conclusión de que el objeto que representan es un antiguo aerófono o instrumento de viento que debió de estar en boga en el norte peninsular durante una parte de la Edad Media y cayó después en el olvido sin dejar muchas huellas históricas. En diversos lugares estas figuras están acompañadas de otras que representan músicos y bailarines. Como la denominación original del instrumento se ignora, puesto que no se conocen testimonios escritos de su existencia, Porras propuso darle el nombre de dolio -del latín dolium o tonel- después de consultar a varios expertos en lenguas clásicas.

En su nuevo estudio -publicado en la Revista de Folklore de la Fundación Joaquín Díaz, como el primero- menciona otras once iglesias románicas con representaciones de dolios ubicadas en Castilla y León, La Rioja, Navarra y Cataluña. En Galicia, además de Atán, señala la Casa Gótica de Santiago.

La figura de la iglesia de Pantón, apunta por otra parte Porras, presenta la peculiaridad de que el pico por el que sopla el músico tiene una forma cilíndrica y curvada. En la mayoría de los casos, este pico presenta una forma plana y rectangular o bien cilíndrica y recta.