Un chef vigués en los fogones del mejor restaurante del mundo

Begoña Rodríguez Sotelino
B. R. SOTELINO VIGO / LA VOZ

FIRMAS

CRISTIAN ÁLVAREZ

Carlos Rodal, cocinero del DaVid, hizo prácticas en El Celler de Can Roca

24 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El chef del restaurante DaVid, negocio que acaba de cumplir un año frente al muro de la estación de trenes, en Urzaiz, aún no acaba de creerse la oportunidad de la que acaba de disfrutar. Durante 15 días, muy bien aprovechados, se ha movido entre los fogones del mejor restaurante del mundo, que según la prestigiosa revista Restaurant, es El Celler de Can Roca, en Girona.

Según cuenta Rodal, la ocasión surgió gracias a que tiene un colega, al que fue a visitar en febrero, que llevaba trabajando allí año y medio. «Decidimos ir un día a cenar con amigos comunes, nos enseñaron las instalaciones y se planteó la posibilidad de que yo pudiese incorporarme en prácticas durante un tiempo, no mucho, ya que tengo mis obligaciones que atender». Pero, claro, le dijeron que sí, y ante semejante coyuntura, no se lo pensó. En marzo combinaron agendas y el cocinero vigués se sumergió en la primera división gastronómica lleno de entusiasmo.

«Estos cursos son habituales entre los que se mueven a un alto nivel. Por ejemplo, Arzak les envía personal y ellos a él y así aprenden unos de otros y se refrescan conocimientos». El período de formación del vigués acabó justo una semana antes de que les dieran el premio. «Ahora es una locura, tienen muchísimas solicitudes y probablemente no podría haber conseguido plaza», afirma.

A lo largo de dos intensas semanas, Rodal trabajó codo con codo con 50 personas en la cocina que dirigen los hermanos Roca, Jordi y Joan junto a otros dos coordinadores.

Lo que más le impresionó fue «la organización, la coordinación, el orden que mantienen para sacar adelante todo lo que hacen moviéndose tanta gente a la vez». También añade que la cocina de los Roca no es tan espectacular en el sentido «experimental» que alcanza El Bulli. «Can Roca es más restaurante que laboratorio», opina. Y también resalta la altísima calidad de los productos, «por cierto, muchos de ellos gallegos, como mariscos, carnes y algas». En los 15 días en el no va más de la hostelería, el cocinero tuvo, además, la oportunidad de aprender al pasar por diferentes partidas, la de menús del mundo, la de pescados, la de carnes y la de pastelería. «Todo ello, alucinante, y lo de la repostería roza lo extraordinario por su exquisita elaboración», manifiesta.

Rodal, ya de vuelta a los fogones del restaurante de David Rodríguez, cuenta que ha sido «una experiencia preciosa. Iremos incorporando cositas de lo aprendido y enseñando a los compañeros, pero sin volvernos locos. En DaVid seguiremos apostando por una línea que no nos está yendo nada mal, la materia prima de calidad, un estilo propio y con el objetivo de seguir mejorar día a día, con los pies en el suelo», resume.

Carlos Rodal empezó su formación en la antigua escuela de hostelería de Vigo y después continuó aprendiendo en la escuela superior de Santiago y en establecimientos como Los Abetos, donde fue jefe de cocina durante siete años.

El profesional reflexiona y a pesar de su experiencia, opina que «a veces es bueno pararse un poco, ver otras cosas, actualizarse».