O Balsiño muere bajo la maleza

Santiago Garrido Rial
S. G. RIAL CARBALLO / LA VOZ

FIRMAS

Manuel Mouzo, Víctor Silvarredonda, Rogelio García, Javi Díaz y Gerardo Vázquez, ayer en O Balsiño, demostrando sus habilidades.
Manuel Mouzo, Víctor Silvarredonda, Rogelio García, Javi Díaz y Gerardo Vázquez, ayer en O Balsiño, demostrando sus habilidades. ana garcía< / span>

Exjugadores del Baio recuerdan con nostalgia el viejo campo

22 ago 2022 . Actualizado a las 19:37 h.

En la salida de A Piroga hacia Fisterra, a mano derecha, maleza y pinos sepultan poco a poco un terreno que durante décadas formó parte de la identidad de Baio, pese a pertenecer a Bamiro, en el municipio vecino de Vimianzo. Pero los límites geográficos nunca se tuvieron en cuenta y siempre primó la unidad del pueblo.

Es O Balsiño, el viejo campo de fútbol, también apelado estadio Morgade en honor de la vecina que lo cedió, hoy una sombra de lo que fue, al lado de la AC-552.

Cinco exjugadores lo recordaban ayer sobre el césped de silvas y tojos. Uno de ellos, Gerardo Vázquez, que ahora tiene 42 años, jugó 20 desde las categorías inferiores. Como sus compañeros, recuerda que la precariedad de las instalaciones era lo que más llamaba la atención. «Viñan xogar equipos que tiñan estadios, e vían o que había aquí», recuerda. Había, por ejemplo, un calderín para calentar el agua con leña, la gran mejora que evitó las eternas duchas frías y que acompañó a varias generaciones. Gerardo asegura que «daquela, o fútbol era outra cousa».

Javi Díaz jugó 19 años, de los 14 a los 33. Evoca el título de liga juvenil de Baio, o el de Costa y la Copa, doblete de hace treinta años. «Eran os mellores anos da xuventude, había moita unión. E hai que recoñecer que o campo non era dos mellores», señala.

Rogelio García Villaverde llegó con Manín, en el 82. Estuvo tres campañas. Todos lo conocían como Maradona, aún hoy. «Foi un alcume que non sei de onde saíu», explica. Evoca con orgullo la gira de cuatro partidos realizada a Suiza ese año, patrocinados por Caixa Galicia. Jugaron en Solothurn, Lucerna, Ginebra y Berna. Empataron dos y ganaron dos. Sobre el calderín, señala que fue una idea de Veloso, todo un adelanto.

Manuel Mouzo, Chino, es más joven, 33 años. Pilló los últimos años del campo como juvenil. Ya eran otros tiempos. «Non estaba tan mal como dicían, ías por aí e vías outros campos que non eran moito mellores», indica.

Víctor Silvarredonda, de A Piolla, jugó en el Baio de 1990 hasta el 2009, salvo dos, en el Nantón. Empezó de cadete, con unos 14 años: «Lembro por exemplo o lume que se lle poñía á auga, con leña, e o olor ao ducharnos dese fume», entre otros muchos detalles no estrictamente deportivos.

Otro que jugó mucho, de los 12 hasta los 30 (con un exitoso paréntesis de dos años en el Cabana), fue Manuel Muíño, el alcalde de Zas. Portero reconocido. Le tocaron años duros. «Empecei sen guantes, coma todos. Cando veu iso da leña xa era unha modernidade», bromea.