«No estaríamos aquí si solo se investiga lo que pide la sociedad»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

monica ferreirós

Cree que las universidades deben crear ciudadanos activos y libres

07 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El ex ministro de Educación y profesor de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid, Ángel Gabilondo, dio ayer una conferencia en el Paraninfo de la Universidade en el marco de la exposición que ha organizado la Facultade de Matemáticas, RSME-Imaginary, en la que disertó sobre los sentidos y los límites de la utilidad.

-¿Qué límites tiene la utilidad?

-Es una reivindicación del conocimiento vinculado a la creación de modos de vida, es decir, a la sabiduría, al arte de vivir y no simplemente un conocimiento utilitarista, pragmatista, que parece que solo tiene sentido aquello que es inmediatamente útil y rentable. Yo creo que hay otro concepto, y no es que esté hablando contra la utilidad. Por ejemplo, las matemáticas son una buena respuesta a requerimientos y necesidades sociales, pero si se mira con un determinado concepto de utilidad. Parece que a veces el mundo tecnocrático en el que vivimos olvida que hay un sentido mucho más intenso que aquello que es inmediatamente aplicable.

-¿La universidad actual está imbuida de esa inmediatez?

-Hay algunas personas que piensan que esto es así pero para mi gusto se equivocan. También depende de qué modelo tienen de lo que debe ser un espacio público vinculado al conocimiento. Algunos creen que lo que hay que hacer es adquirir conocimiento y aplicarlo inmediatamente, que hay que hacer dóciles empleados que sepan muchas cosas; pero hay otros que saben que lo que importa es hacer ciudadanos activos y libres y del conocimiento generar bienestar. Es verdad que cuando las cosas se ponen mal hay una cierta tendencia a amarrarse a lo que demandan inmediatamente el mercado y las urgencias, pero una institución tan sabia y centenaria como la universidad supongo que no caerá en la trampa de confundir las necesidades sociales con las demandas más inmediatas que tiene el mercado.

-¿Qué peligros trae esa visión cortoplacista?

-Sería un daño para el conocimiento. Hay un espacio en el conocimiento que es precisamente su generosidad o su desinterés, un conocimiento que está más vinculado a generar posibilidades que a veces no son siquiera demandas. Si solo se hubiese investigado aquello que se pide socialmente no estaríamos aquí. Estamos aquí porque alguien ha ido más allá. A mí no me gustaría que los centros de investigación se convirtiesen en espacios en los que únicamente preparásemos personas para insertarse en el ámbito laboral. No hay que olvidar la empleabilidad, pero no es lo mismo que el empleo. La empleabilidad es la versatilidad del conocimiento para poder desarrollar distintas tareas. La universidad tiene que ocuparse de la empleabilidad pero solo faltaba que a los rectores los pusiéramos en la necesidad de responder a la generación del empleo.

-La Xunta ha puesto en la picota las titulaciones con menos alumnos. ¿Cae en esa dinámica?

-Hay que tener mucho cuidado a la hora de organizar los estudios para saber que hay cosas que tienen mucho sentido aunque no parezcan inmediatamente útiles. No hay que confundir el sentido con la utilidad. Lo que sí está bien es que se racionalice, pero eso significa que haya becas de movilidad para que todos puedan estudiar aquello que quieren y que no todas las universidades enseñen todos los estudios. Todo eso hay que hacerlo con consenso, con mucha participación y diálogo y muy especialmente con las comunidades educativas, los agentes sociales y los representantes de los ciudadanos. Hay una palabra muy sagrada para los universitarios que se llama autonomía. Hay que ponerla al servicio de los ciudadanos y los poderes públicos pueden marcar objetivos, pero definir las condiciones le corresponde a las universidades.

ángel gabilondo ex ministro de educación