A contracorriente de la crisis

Alicia Fernández LA SEMANA DE...

FIRMAS

05 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando a finales del siglo XIX y principios del XX se ponen en Galicia los cimientos del futuro sector conservero, derivado en gran medida de la fuerte implantación de las salazones catalanas, el hecho tiene lugar en la costa del sur de Galicia. De la parte pontevedresa de la ría de Arousa hasta Vigo. Nada en ese momento hacía presagiar la deslocalización -en clave interna- que tendría lugar en los años noventa y que se acentúa hasta hoy. El resultado final es conocido: Barbanza es el Silicon Valley de la industria conservera en España y Europa. Ya le gustaría a cualquier gobierno poder presentar -¡no te digo con la que cae!- unos indicadores como los de la conserva en la comarca. Que en las actuales circunstancias un sector mantenga un ritmo de crecimiento por encima del 15% es para hacer la ola y un par de genuflexiones. Un hito que a menudo semeja poco valorado o ignorado por muchos ciudadanos de la comarca.

Este liderazgo se alcanza por dos vías: la de las grandes firmas que optan por hacer marca para los grupos distribuidores y la de las medianas o pequeñas empresas que se abren paso a través del producto artesano y de gran calidad. Dos opciones muy diferenciadas pero con un elemento común, el firme compromiso con el territorio donde están asentadas. La capacidad de generación de empleo se manifiesta de forma positiva en los porcentajes de ocupación publicados periódicamente, cuando en la mayor parte de los sectores se están destruyendo puestos de trabajo a un ritmo insoportable para el país. Y esa es una gran noticia, quizás no valorada suficientemente.

Por estos pagos el maná tiene forma de lata de conserva. Cualquier comparativa con otro sector sería muy esclarecedora, lo que nos lleva a una inquietante pregunta, ¿qué pasaría si hubiese un parón en la actividad conservera? Sin duda la comarca tiene una dependencia importante del sector, que por ahora se mantiene fuerte y crece. Por eso es el momento de buscar alternativas y potenciar las ya existentes para evitar situaciones de riesgo.

Debe ser motivo de orgullo para los barbanzanos que dos de las tres primeras firmas a nivel nacional estén ubicadas en la comarca. También que otro puñado de empresas más pequeñas sigan creciendo en el segmento del producto gourmet. Salir en los medios de comunicación por unos datos tan positivos como esperanzadores, debe ser un motivo de alegría compartida. Un oasis en medio del desierto de datos negativos, y ese espacio privilegiado es nuestra comarca. Este éxito tiene nombre y apellido conocido: sus gestores y sus trabajadores. Si a este hecho le sumamos los emprendedores de éxito en la industria auxiliar, la hostelería y un sector mejillonero y pesquero que pese a todo mantienen unas cifras de actividad importantes tenemos la respuesta a un porcentaje de paro en la comarca inferior a la media estatal. Por desgracia el comercio sigue abandonado por todas las Administraciones que solo ven en él un granero de impuestos a pesar del bla, bla, bla.