Los promotores del campo de golf son conscientes de la zona en la que se pretende ubicar esta instalación, protegida por la Red Natura 2000. Pero sostienen que todas las normativas actuales permiten sacar adelante este proyecto, además de que este será muy cuidadoso con el entorno y no supondrá ningún impacto en el paisaje. Reconocen, eso sí, que la tramitación será farragosa.
«El proyecto es viable porque la ley de Costas lo permite y también la Lei do Solo de Galicia», asegura Rafael Sáenz. Incluso la normativa de Red Natura, argumenta, autoriza este tipo de instalaciones deportivas. Aún así, se está tratando de que los terrenos sobre los que se van a construir se califiquen como zona 3 en el plan director de la Red Natura, «para que la tramitación sea más sencilla».
O Grove Golf quiso dejar ayer muy claro que este proyecto no incluye ninguna urbanización anexa. «Es solo una instalación deportiva, no está previsto una urbanización», explica. Y destaca el pequeño impacto que la obra tendrá sobre el terreno. «Solo se colocará césped sobre los terrenos de juego», asegura. Se respetará la orografía del terreno y las pistas que comunican los hoyos irán en madera. El mismo material que se utilizará para construir los edificios, como la escuela, el club o el pabellón de servicio. «Es un proyecto completamente reversible», argumenta.