«Para ser ilustrador saber dibujar no es lo fundamental»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

Álvaro Ballesteros

Defiende que un buen álbum sirve para niños y para adultos

05 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En solo un minuto es capaz de dar vida sobre el papel a unas de sus ilustraciones más conocidas, las que ponen cara al universo de Manolito Gafotas. Emilio Urberuaga (Madrid, 1954), que dejó su trabajo en un banco para dedicarse a diferentes «oficios dispersos» y finalmente «reconocer» a un amigo de la infancia, Rafael Lobato, darse de bruces con el mundo de la ilustración y la literatura infantil y ganar el Premio Nacional de Ilustración «por puro azar», está en Santiago como jurado del Premio de Álbum Ilustrado de Kalandraka.

-Decía después de ganar el premio nacional que servía como chispazo para recordar lo fundamental del mundo infantil.

-Cualquier premio que tenga cierto calado, como el premio nacional, es un aldabonazo para decir, «¡Ah! que existe esto, hay gente que se dedica a hacer estas cosas». Yo creo que no se le da todavía el reconocimiento que se merece aunque sea solo desde el punto de vista comercial y operativo, porque la literatura infantil vende mucho.

-Entonces, no.

-No lo sé, la verdad. Creo que cada vez se tiene en cuenta más este ámbito, tiene más proyección. Es un factor tan fundamental en el desarrollo de un país, y esto que suena tan grandilocuente es real, porque al final nos estamos dirigiendo a los que dentro de 20 o 30 años van a gobernar el país en que vivimos, o sea que los productos excelsos que les podamos dar mientras son niños van a repercutir. Al final aquello que te cala, que te impacta, propicia que tú seas mejor persona en el futuro.

-¿Cómo es reencontrarse con un crecido Manolito Gafotas?

-Manolito es algo que está ahí siempre. En el ámbito puramente práctico ha sido difícil, porque los dibujos que yo hago son tan simples, tan poquita cosa, que el hecho de hacer cambios es un esfuerzo importante para que no pierdan totalmente la identidad, que se vea que El Imbécil sigue siendo El Imbécil aunque ya no tenga ese cabezón o el chupete. Ha sido una experiencia interesante, me lo he pasado muy bien.

-¿Están sus personajes basados en personas reales?

-Es inevitable. Cuando en los cursos me preguntan qué es lo que hay que hacer para ser ilustrador siempre les digo lo mismo: da igual que sepas o que no sepas dibujar, eso no es lo más importante, saber dibujar es mejor, pero no es fundamental. Tienes que tener cosas que decir y también mirar la calle, ver a la gente. Claro que es gente real, lo que pasa es que a lo mejor es la suma de muchos.

-A medida que crecemos los libros pierden sus dibujos.

-Esas tornas están cambiando en función de este nuevo invento, que es el de la novela gráfica. Un álbum ilustrado infantil entiendo que es para niños de cero a 150 años si los vives, pero un álbum de adultos no es para niños, porque el adulto juega con una serie de referentes que el niño desconoce porque no ha tenido tiempo. El álbum bueno es el que sirve para un niño y un adulto, no tiene por qué haber distinción. En algunos casos también diferencia la claridad, que no significa simple.

-Parece que la ilustración es la hermana pequeña de la literatura.

-Yo soy un defensor a ultranza del texto porque es la primera idea. El ilustrador tiene que tener cierta lealtad y fidelidad al texto, lo que no impide que se cree una segunda lectura. Si la obra literaria es el salón de una casa, hay una parte implícita, que son pasillos y habitaciones, y eres libre para ir al pasillo o a otra habitación, pero lo que no puedes hacer irte a otro barrio.

emilio urberuaga ilustrador y jurado del premio de álbum ilustrado COMPOSTELA

«El ilustrador debe tener cierta lealtad al texto y puede crear una segunda lectura»