«Oímos un golpe y al volvernos lo vimos dando un gran salto y pasando el muro»

La Voz

FIRMAS

28 mar 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Nano no se fugó siguiendo los cánones de Alcatraz, con nocturnidad y tratando de que su marcha pasara inadvertida. Muy al contrario, lo hizo a media tarde y en plenas fiestas escolares de Semana Santa. Así, pese a la lluvia, había visitantes en el recinto y bastantes niños.

Dos de ellos, Mateo y Jero, fueron testigos directos. Estaban allí celebrando el cumpleaños de la hermana del primero y pese a la lluvia echaron un buen rato recorriendo todo el zoo. «Llevábamos allí una hora, ya habíamos visto los leones y los tigres. Después les tocó el turno a los monos, y nos llamó la atención que uno de ellos estaba comiendo lo que parecía una fruta rara», explica Mateo.

Instantes después ambos niños notaron que algo fuera de lo común ocurría. «Oímos un golpe fuerte y al volvernos lo vimos enganchado al cristal del muro. Lo sorteó rápido y se bajo al camino a solo dos tres metros de nosotros», cuenta este pequeño moañés al día siguiente de un suceso que fue el tema de conversación en el grupo a partir de ese momento.

Con los leones

Pese a esta celeridad, siguieron unos instantes viendo lo que hacía Nano. «De inmediato se subió a un árbol y en ese momento salimos todos corriendo hacía la taquilla para avisar al personal del zoo de lo que había ocurrido».

Este asunto era ayer el tema de conversación entre visitantes y personal de Vigozoo. Entre ellos se comentaba que después Nano se bajó del árbol y se introdujo en la jaula de los leones. Si es cierto, salió sin problemas y escapó después fuera del zoológico que fue su único horizonte desde que nació.