El próximo sábado será, estimado presidente del PP de Ourense y de la Diputación, el segundo congreso al que te enfrentes para liderar el PP. ¡Qué diferencia con el 2010! Entonces se hablaba de presiones, de contratos espurios, de avales ilegales, de traidores, de irregularidades y de pura confrontación. Ahora todo está en calma y eso se os debe a ti y a Feijoo. Supisteis ceder (tu comportamiento en las autonómicas fue intachable) en aras de un proyecto común. Aunque los que son incapaces de priorizar los argumentos a las fobias personales seguirán insistiendo en el baltarismo hereditario, es de justicia reconocer que le has dado (imagino que con un gran coste personal) un giro copernicano a una forma de entender la política y la función pública. Estoy seguro (¡dentro de lo que se puede estar en política!) que la guinda del nuevo estilo será la integración de todas las sensibilidades del PP. Si así no ocurriese, lo sentiría por ti, por el PP y por Ourense.
Recuerda lo de la ministra alemana que dimitió tras descubrírsele un plagio: «Primero mi país, después mi partido y por último yo». Para mí que tu beatlemanía no te impedirá ver la fuerza democrática de la frase teutona y mostrar la generosidad que te adornó en tu primer mandato.