Ramón Estruch: «La dieta mediterránea salva vidas y ahorra en fármacos»

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

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Ramón Estruch, coordinador del mayor estudio sobre salud alimentaria de España, insiste en recuperar el régimen alimenticio tradicional, que se está perdiendo «incluso en personas de más de sesenta años»

26 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ya no hay margen para la duda: la dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva virgen extra (cinco cucharadas soperas al día) o con frutos secos (30 gramos diarios y la mitad nueces) reduce en un 30 % la incidencia del infarto de miocardio, de ictus y de muertes por causa cardiovascular. La prueba irrefutable ha llegado con el mayor estudio jamás realizado en España sobre el tema, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, en el que se hizo un seguimiento durante cinco años a 7.447 personas. Las conclusiones, presentadas ayer, se recogen en la revista científica New England Journal of Medicine, la de mayor impacto mundial en el ámbito médico. «Se ha demostrado que la dieta mediterránea salva vidas y ayuda a reducir el consumo de fármacos», explica Ramón Estruch, investigador principal del estudio y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), que coordina Felipe Casanueva desde Santiago.

-¿Es la mayor evidencia científica sobre el tema?

-Sí. Es el mayor estudio por el número de participantes, 7.447, y por el seguimiento que se ha realizado de cada uno de ellos, con una media de cinco años a cada uno. También es importante porque se han tenido en cuenta variables como el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular o la muerte por causa cardiovascular.

-¿Supone un hito?

-Ha creado marca en el mundo. No solo es el mayor ensayo clínico que se haya hecho en nuestro país, sino que permitió crear una base de datos que será un patrimonio esencial para la investigación en nutrición en los próximos veinte años. Su relevancia ha traspasado fronteras y ha suscitado un gran interés en todo el mundo.

-¿Ya no quedan dudas?

-La conclusión es que hay que volver a la dieta mediterránea tradicional.

-Dice volver, ¿es que se ha perdido?

-Sí, se ha dejado de lado. Hemos hecho un test a los participantes y hemos visto que la dieta mediterránea incluso se está perdiendo en personas de más de sesenta años.

-¿No es, entonces, un fracaso colectivo, cuando siempre se ha insistido en sus cualidades?

-En cierto modo sí. Tenemos que insistir en recuperar los hábitos saludables.

-¿Y por qué se ha perdido?

-Es un tema de cambios de hábitos de vida, de copiar las costumbres anglosajonas. Queremos comer más fácil y más rápido, lo que lleva a un tipo de comidas que no son las más idóneas. Tenemos, por ejemplo, la influencia de tomar bollería industrial, cuando es mucho más sano comer un bocadillo con jamón y tomate. Hay que huir de la bollería industrial.

-¿Qué aconseja?

-Es muy importante introducir verduras y legumbres en la dieta. También más pescado y menos carne roja y sus derivados. Es mejor la carne blanca, de ave o de conejo.

-¿Y el vino en las comidas?

-Es parte de la dieta mediterránea. Sí ayuda un consumo responsable y moderado de vino, de dos copas en hombres, y una en mujeres. Y siempre en las comidas.

-Con estudios como este, ¿se exportará la dieta mediterránea al resto del mundo?

-Los expertos de nutrición de todo el mundo ya no tenían dudas de que era muy saludable. Pero hay que incorporarla a la población, y empezar por los niños. En los países nórdicos, en los años 60 y 70, tenían una mortalidad cardiovascular muy alta. Entonces cambiaron sus hábitos e introdujeron en su vida elementos de la dieta mediterránea, y la mortalidad se redujo de forma importante. Y lo paradójico es que aquí la estamos perdiendo.

-¿Dicen que también ahorra en el consumo de fármacos?

-En la prevención del riesgo cardiovascular lo lógico es empezar con la dieta y con el ejercicio y, si no funciona, recurrir a los fármacos. Pero la dieta mediterránea sí ayuda a salvar vidas y a reducir el consumo de fármacos.