Buena parte de los jugadores del Os Ingleses acabaron el encuentro que jugaron el pasado sábado contra el Zalaeta literalmente quemados. Las llagas y las rozaduras por todo el cuerpo fueron moneda común y despertaron la indignación en el plantel, el cuerpo técnico y la junta directiva del conjunto vilagarciano.
Los responsables del club atribuyen lo sucedido a una arenilla que se depositó el viernes sobre el terreno de juego del estadio de Fontecarmoa en un intento por aliviar su maltrecha situación. Desde Ravella, sin embargo, apuntan a la cal con que se marcó el campo como posible causa.
En realidad, fue todo un cúmulo de despropósitos. La máquina que se usa para pintar el terreno de juego no funciona bien. Ravella asegura que se ha llevado a arreglar pero lo cierto es que el sábado estaba inutilizada por lo que los jugadores de Os Ingleses, que son quienes se encargan tanto de marcar el campo como de colocar los palos, decidieron pintar las líneas a mano.
De tal forma que algo que no debería llevar más de un cuarto de hora se prolongó durante sesenta minutos y, para colmo, pudo ser la causa -según argumentan desde el Concello- de las quemaduras que sufrieron los jugadores porque pudieron haber echado más cantidad de la recomendable, o bien el saco en cuestión quizás tenía el material en mal estado. Ravella, de todas formas, ha mandado a analizar tanto la cal como la arena para detectar cuál pudo ser el motivo del desaguisado.
La junta directiva del Os Ingleses tiene previsto solicitar una reunión de urgencia con la Fundación de Deportes para analizar lo sucedido y estudiar las medidas a tomar. Elena Suárez, por su parte, también se ha decidido a convocar al club por idéntico motivo. Entre tanto, en el club están estudiando la posibilidad de aplazar el partido programado para este sábado.