El plan de movilidad no es el único documento oficial al que es posible acudir a la hora de ponderar lo que está sucediendo en Vilagarcía. También los trabajos de diagnóstico, sobre los que se fundamenta la revisión del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), ofrecen datos para la reflexión. Para calibrar, por ejemplo, si está o no justificado el temor de comerciantes y hosteleros hacia una virtual caída del negocio que podrían acarrear los aparcamientos de pago y la intensificación de las sanciones de tráfico.
El estudio de movilidad indica, en este sentido, que el 27% de los desplazamientos que tienen su origen o destino más allá del término municipal se entablan en dirección Pontevedra. Y que alrededor de un 17% tienen como referencia la zona de Vilanova. Casi la mitad de la circulación que cada día cruza la capital arousana se encauza, por lo tanto, a través de la recta de Rubiáns y San Roque (acceso desde Pontevedra), y la avenida de Cambados (en el sur de la ciudad). Esto es, exactamente los dos lugares en los que Ravella proyecta instalar sendos radares fijos de control de la velocidad.
Los informes del PXOM consagran, por su parte, a las actividades comerciales, hosteleras, oficinas y servicios en general, como el sector económico más importante de Vilagarcía. Son este tipo de negocios los que, añaden sus redactores, convierten a la ciudad en cabecera de su comarca, atraen a los habitantes de municipios vecinos y generan el 67,9% de los puestos de trabajo en la capital arousana.