Antón Fernández: «La crisis de los cuarenta me llegó a los cincuenta»

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GUSTAVO RIVAS

20 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Parece que le hicieron un trasplante de buen carácter. Hablamos de la vida, de la medicina, y del deporte, una de sus pasiones. Antón Fernández García tiene 52 años muy bien llevados, al menos aparentemente. «A los cincuenta me hice mayor. La crisis de los cuarenta la estoy pasando diez años después. La cadera falló y me tuve que operar. Los otros del equipo de fútbol corrían más que yo. Mis hijos mayores estudiando la carrera... Y te das cuenta que te queda de vida menos de lo vivido», reflexiona el que es jefe de la Unidad de Trasplantes del Chuac desde el año 2007. Quedamos ayer a las doce y media de la mañana, justo cuando el Gong estaba dando la campanada. De camino al café Orchard de la plaza de Vigo vi como Luis Díaz, delegado de Gas Natural Fenosa, perseguía por Federico Tapia el gorro con el que acababa de salir de casa. Cosas de la ciclogénesis.

Cuatro hijos

Coruñés de pura cepa, de Santa Margarita, nació en el segundo piso del edificio del desaparecido bar La Cantera. «A Pepín (el que era dueño) lo veo y anda bien. Cuando superé el MIR tuve que elegir entre ciudad o especialidad y me decanté por la primera opción, y no me arrepiento». Se casó con 26 años, y a los 30 ya era padre de dos hijos. «Él, 23 años, estudia Ingeniería en Vigo y ella, 21, va para médico», destaca Antón, que se divorció en 1997 y se casó dos años después con la neumóloga Lara Fontán, de 43 años. De este segundo matrimonio tiene dos hijos, de 13 y 12 años. «Son buenos atletas. Destacan en velocidad y medio fondo. El niño quiere ser abogado y ella diseñadora de moda y cuidadora de niños», comenta.

Internet y amigos

Asegura que «cuando salgo del hospital cierro la puerta. Por salud mental. La vida media de nuestra especialidad no es muy larga si no desconectas». Cuando su vida se aleja de corazones, riñones, hígados y pulmones se refugia en los suyos. «Necesito sentir cerca la familia y a los amigos. Tengo una pandilla con la que comparto todo lo que puedo», destaca. Le encanta cocinar y se reconoce adicto a la informática y a Internet. «Me gusta estar informado y estoy enganchado a algunas series americanas como Sons of Anarchy o Breaking Bad. Son muy fuertes», confiesa.

Vida deportiva

Aunque el traumatólogo se lo desaconseja, va a saltarse la recomendación del colega y cuenta los días que faltan para carnaval para poder irse a esquiar. «No me gusta hacer ejercicio, me gusta hacer deporte. Soy muy competitivo», asegura. Esta semana presenta el balance anual de trasplantes del hospital, donde el dato más positivo son las pocas negativas de los familiares de los fallecidos. «Yo, mi familia, y todos los de mi entorno somos donantes. No serlo sería incongruente». Nos despedimos. Gong sigue ahí fuera. Vaya día.

«Soy donante, y mi familia también, no serlo sería incongruente»

«Estoy enganchado a algunas series americanas»