Cuando son los Reyes Magos los que despiertan a los niños...

María Conde PONTEVEDRA / LA VOZ

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Arume lleva hoy a Sus Majestades a una decena de hogares

05 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los niños tienen que estar dormidos y bien dormidos para que los Magos puedan cumplir con su frenético trabajo a lo largo de esta noche. Aunque hay excepciones y en Pontevedra, a veces los pequeños son despertados por sus mismísimas Majestades para hacerles entrega de sus regalos de forma personal.

Todo obedece a la mediación del grupo de teatro Arume, que desde hace trece años invita a Melchor, Gaspar y Baltasar a que cumplan la ilusión de muchos niños pontevedreses. La idea nació, como explica el director, Juan García, para «acercar a los Reyes a aquellos niños que por estar enfermos o padecer alguna discapacidad no podían asistir a la cabalgata». «Pero aunque seguimos dando preferencia a estos niños, no quita para que a lo largo de la noche las visitas se amplíen», agrega.

Esta mágica noche, los Magos harán incursiones por una decena de hogares que así lo han solicitado a Arume. El recorrido empieza sobre las once de la noche y a veces se prolonga hasta bien entrada la madrugada. «Por eso, en algunos casos son los padres los que despiertan a los niños cuando llegan los Reyes».

García recuerda multitud de anécdotas, ya que refiere que estos encuentros son verdaderas fiestas familiares, «en las que se juntan varias generaciones y empiezan a repartirse regalos». Le impactó cuando por ejemplo Melchor, Gaspar y Baltasar entregaron a un hombre las llaves de un Alfa Romeo descapotable, o cuando una familia les dispuso en su salón tres tronos con campanillas y todo para que pudieran sentarse y repartir sus obsequios. No suele faltar el champán, el refrigerio para los cansados camellos y el largo photocall con todos los presentes. Juan García incluso se acuerda del primer niño al que visitaron Sus Majestades allá por el año 2000. «Su abuelo había muerto quince días antes y lo primero que preguntó, antes de saber sus regalos, era si era verdad que su abuelo estaba en el cielo», comenta.

Todo el esfuerzo merece la pena «por ver la cara de los chavales». «Esto es vivir la noche de Reyes de verdad y por eso lo hacemos». Algunos niños llevan viviendo ese momento de ilusión varios años. Seguro que ellos no la pierden...