Las ayudas de la dependencia llegan a 834 santiagueses

marga mosteiro m.m. Santiago / la voz SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

SANDRA ALONSO

Unos setenta reciben la aportación económica que ha sido eliminada

28 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En el municipio de Santiago casi dos mil personas recibieron algún tipo de prestación ligada a la Ley de Dependencia desde su origen en el 2007 y, en la actualidad, las prestaciones en vigor están siendo recibidas por 834 personas. En todos los casos se trata de vecinos que tienen acreditados grados elevados de dependencia. La previsión es que en los próximos años se produzca un incremento de personas en estas circunstancias. En Santiago hay 12.592 habitantes con edades comprendidas entre 65 y 85 años y 5.714 más tienen más de 85 años. Además, 33 tienen más de cien años (seis hombres y 27 mujeres).

Según explica la concejala de Benestar Social, Paula Prado, las ayudas están pensadas para aliviar la dedicación de los cuidadores y ofrecerles momentos de descanso para «desconectar» en el cuidado de sus familiares que requieren una dedicación plena. Si bien en el origen de la ley de dependencia muchos cuidadores recibieron una prestación económica, ahora esta ayuda se ha eliminado y solo se mantiene en los casos en que venían cobrándola con anterioridad.

De acuerdo con los datos aportados por el departamento de Benestar Social de Santiago, 71 cuidadores reciben una ayuda económica por atender a familiares dependientes.

Servicio a domicilio

La prestación más extendida entre los usuarios es la de servicio a domicilio, que reciben 117 personas en Santiago. Otras cuatro personas más reciben ayuda económica y servicio de teleasistencia, siete cuentan con prestación económica para el cuidador y ayuda en el hogar y una treintena de personas cuenta con el servicio de teleasistencia financiado con cargo a la Ley de Dependencia. Paula Prado explicó que el Concello de Santiago ofrece el servicio de teleasistencia, en colaboración con Cruz Roja, a otras cincuenta personas más.

Una de las prestaciones más demandadas en la actualidad es la del centro de día, que permite mantener al dependiente durante unas horas en un centro, lo que ofrece cierta libertad de acción a los cuidadores.

De esta ayuda se benefician un total de 41 personas en Compostela y otras cinco más compaginan unas horas en un centro de día con ayuda a domicilio. Por último, casi noventa personas fueron ingresadas en residencias dentro del plan de la Ley de Dependencia.

Olga Vila ya no sabe a qué puerta llamar para que le den una salida a una situación dramática. Esta mujer de 57 años cuida a su madre, Julia, de 90 años, que sufre alzhéimer y que es paralítica desde noviembre del pasado año. En la primavera pasada, Olga y su marido se separaron, por lo que ella perdió los ingresos que les habían permitido mantener una vida sin alardes económicos y, aunque tienen una hija, tampoco recibe ninguna pensión alimenticia.

Desde entonces, los únicos ingresos que permiten subsistir a Julia, Olga y su hija son los 530 euros de la pensión de la anciana dependiente. «Los gastos del piso, y menos mal que es en propiedad, se llevan la mayoría de la pensión. Las tres comemos con 100 euros al mes y también gracias a la ayuda de buenos vecinos. Uno nos trae leche, otro me trajo un saco de patatas y el otro día una vecina, medio pollo», explica esta compostelana.

Según comentó Olga Vila, su madre tiene reconocido el grado máximo de dependencia, pero la única ayuda que le ofrecen las Administraciones es que acuda a un centro de día o una residencia. Olga solicita ayuda económica para «vivir con dignidad». «Yo sé que hay personas que cuidan a sus mayores, que reciben una ayuda, solo algo para no vivir de la caridad». No desea llevar a su madre a un centro porque «no quiere a nadie que no sea yo, y yo tampoco quiero dejarla. Es mi madre», explica Olga.