Una veintena de emprendedores se inician en el vivero de la Cámara

Soledad Antón García
SOLEDAD ANTÓN VIGO / LA VOZ

FIRMAS

XOAN CARLOS GIL

Para acceder a este servicio del organismo vigués existe lista de espera

27 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Jóvenes, sobradamente preparados, con un proyecto empresarial solvente, y escasa o nula financiación para ponerlo en marcha. Es el perfil del emprendedor que busca cobijo en el vivero de empresas de la Cámara de Comercio de Vigo, donde desde su creación -enero 2005- es habitual la lista de espera para disponer de una de las veinte oficinas con las que cuenta.

El objetivo con el que nació la iniciativa fue proporcionar a los emprendedores, casi siempre con mucho talento y muy poco dinero, un lugar en el que iniciar su actividad empresarial sin necesidad de realizar una gran inversión. Ha funcionado y sigue funcionando como un trampolín.

La tasa de mortalidad de las empresas de menos de tres años es muy alta. De acuerdo con los datos que maneja la Cámara de Comercio apenas un 20 % de las pymes sobreviven a ese período. Y aún se acentúa dicho dato en el caso de las empresas de servicios. Precisamente con la intención de contribuir a romper tan nefasta estadística nació el vivero vigués, que se convirtió en el décimo de España. En la actualidad hay cerca de un centenar.

El tiempo ha venido a demostrar la importancia de un servicio como este. Un atractivo no menor, al margen de los accesibles precios de alquiler de las oficinas -entre 180 y 210 eueros al mes, en función del tamaño-, es que los emprendedores cuentan con asesoramiento para dar de alta su empresa.

El vivero es una estructura de acogida temporal. En principio, el tiempo de permanencia es de un año, que puede prorrogarse a un segundo. Equipado con mobiliario de oficina, los despachos cuentan como servicios comunes con conexión ADSL, sala de reuniones, fotocopiadora, impresora y recepción de llamadas en centralita.

A lo largo del último lustro el perfil de los emprendedores ha cambiado. Según un informe elaborado por el IE Business School, son más jóvenes, tienen menos posibilidades económicas y se enfrentan a su aventura laboral con menos ambición, «posiblemente por el ambiente que se respira en los mercados».