Vivir para el piragüismo

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

FIRMAS

Borja afronta su segunda temporada en el Centro de Tecnificación de Pontevedra

16 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Recomendaríamos a muchos jóvenes que leyeran estas líneas. No por un exceso de vanidad sino para que comprueben que no es oro todo lo que reluce y que, a pesar de lo que pueda parecer, convendría poner muy a menudo aquella introducción de la profesora de Fama. Aquello de «la fama cuesta. Y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor», que le relataba a los chavales que buscaban un futuro en una escuela de arte dramático. No es tan dramático el día a día de Borja Bejo pero sí que es duro.

Los lunes, miércoles y viernes en el Centro Galego de Tecnificación de Pontevedra su día a día es el siguiente: se levanta a las 7.30. Tras el desayuno, de 8.00 a 10.30 toca ir a clase, de 10.30 a 12.30 entrenamiento y de l2.30 a 14.30 otra vez clase. Por la tarde, de 17.00 a 20.00 de nuevo a entrenar y a partir de ahí les queda una horita libre antes de la cena. Los martes y jueves tiene suerte: únicamente hay clase desde las ocho de la mañana hasta las dos y media del mediodía.

Costó adaptarse

A todo esto se enfrentó el año pasado Borja Bejo por primera vez con solo catorce años. Y le costó adaptarse, claro: «El primer trimestre fue duro, pero el segundo y el tercero ya estuve mucho más cómodo», recuerda. De hecho, fue al final de la pasada temporada cuando llegó por fin ese gran resultado que se le estaba resistiendo a este ribadumiense. Apareció en el Campeonato de España cadete, donde logró la medalla de bronce en el K-1 mil metros.

Borja llegó al piragüismo de la mano de su hermano. Con nueve años se subió por primera vez a una piragua y compaginaba el río con el césped puesto que también jugaba al fútbol. Hasta que decidió decantarse por la piragua. Le gustaba más y esa fue la razón porque, como reconoce el chaval, lo de las canoas es «muy cansado y pasas frío». Si había alguna duda al principio sobre la elección esta se despejó en cuanto llegó la primera medalla. Sucedió en una regata que se celebró en Vilanova, donde el rapaz subió al segundo escalón del podio. No lo olvida, evidentemente.

A partir de esa medalla inicial llegarían bastantes más. En el 2010 fue campeón gallego infantil B en K1 ; al año siguiente campeón Gallego Infantil A y séptimo en el Campeonato de España Infantil A, y en la pasada campaña, tercero en el Autonómico cadete K-1 200, oro en el Gallgo cadete K-2 200 metros junto a Angel Piñeiro y tercero en el K-2 1000 metros.

Craviotto, su ídolo

A Borja le tira más distancia corta. Las pruebas de doscientos metros son las que más le gustan y su palista preferido es Saúl Craviotto. «Es mucho más emocionante», afirma. Lo que sí parece tener claro es que las pruebas de larga distancia no le convencen nada.

Con quince años todavía tiene margen para definir cuál será la prueba que mejor le vendrá a sus características. Entre tanto, tocará pasar algún tiempo más viviendo por y para el piragüismo y los estudios. Solo por eso, gente como Borja merecen un respeto y la admiración de todos.

mirando al futuro borja bejo de la fuente