La autovía a Santiago regala un cementerio a Entrambasaugas

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

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PENOUCOS

Los vecinos emplearán 240.000 euros en un nuevo camposanto

02 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los vecinos de Entrambasaugas (Guntín) hace años que están obligados a pisar encima de las sepulturas del cementerio anexo a su iglesia cuando van a visitar la tumba de algún familiar o acuden a un entierro. El motivo es que las lápidas cubren casi por completo el camposanto y los lugares de paso y por lo tanto es imposible moverse sin pasar por encima de alguna sepultura, situación que les resulta incómoda y que tratan de arreglar de inmediato.

La solución les llegó de una manera inesperada. El trazado de la autovía entre Lugo y Santiago afectó a una parte considerable de monte comunal y supuso para los vecinos un ingreso de 240.000 euros que van a invertir en un nuevo camposanto a pocos metros del actual y que constará de 85 niños, más que suficientes para cubrir la demanda. «A nadie le resulta agradable que le pase una autovía por cerca de su casa y de sus tierras, pero en este caso por lo menos sirvió de algo», manifestó el presidente de los comuneros, José Manuel Rodríguez.

La decisión de invertir el dinero de la administración la tuvieron que adoptar de inmediato para evitar el riesgo de perder ese dinero. «Teníamos la obligación de emplearlo en bienes comunes, de lo contrario nos retirarían aproximadamente 200.000 euros y por lo tanto decidimos acometer esta obra», manifestó José Manuel Rodríguez.

Los vecinos ya intentaron en varias ocasiones ejecutar este proyecto, fundamentalmente para que algunos que no disponían de terreno para enterrar a sus difuntos pudieran adquirirlo, «pero algunas familias no quisieron y tuvimos que desistir», comentó José Manuel Rodríguez.

El lugar en el que se ubicará el nuevo camposanto será al lado de una explanada asfaltada justo enfrente a la iglesia que ahora utilizaban como aparcamiento. Ambas necrópolis estarán por tanto separadas apenas cincuenta metros.

La obtención de todos los permisos supuso un verdadero calvario para los representantes vecinales. «Llevamos cinco años en los que nos volvimos locos para arreglar todos los trámites con la Confederación Hidrográfica, Cultura, Sanidad y Medio Ambiente. Ahora creo que ya lo tenemos todo y esperamos poder empezar las obras cuanto antes, más que nada por temor a que caduque algún permiso y tengamos que volver a solicitarlo», explicó José Manuel Rodríguez.

La parroquia pasó en los últimos cinco años de 82 a 63 vecinos y se cerraron cinco casas. El cementerio no servirá para frenar el descenso de población que aqueja a todo el rural de Galicia, pero por lo menos las personas que ahora no tenían un nicho en su pueblo podrán adquirir uno para descansar en paz cerca del lugar en el que siempre vivieron.

inversión en guntín con dinero de expropiaciones