«Somos una empresa familiar y trabajamos muy duro para crecer»

Elena Larriba García
Elena Larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

RAMON LEIRO

Un Pegaso de su colección de buses históricos aparece en la ultima película de José Luis Cuerda

25 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Para Edelmiro Cuíña Vence (Silleda, 1941), los autobuses son su trabajo y su pasión, que comparte con su hermano Manuel y con sus hijos y sobrinos. En la actualidad, las dos generaciones están al frente de una modélica empresa familiar con más de 85 años de historia y que no ha parado de crecer. Forma parte, además, de la sociedad Autocares Rías Baixas, uno de los principales grupos gallegos de transporte de viajeros por carretera. Su moderna flota se complementa con una espectacular colección de coches históricos que han utilizado productores y directores de cine. Su más reciente colaboración ha sido con José Luis Cuerda. En su última película, Todo es silencio, sale un Pegaso-Comet de 1963 conducido por el propio Cuíña.

-¿Cómo empezó esta gran aventura empresarial?

-La empezó mi abuelo en 1926 comprando un Ford-T para servicio de mercancías por nuestra Silleda natal. Tuvo diez hijos y los ocho hombres casi todos se dedicaron al transporte. Mi padre, Aurelio, compró en 1935 el primer autobús, un Dodge Brothers que se dedicaba a ferias y mercados. Cuando estalló la Guerra Civil tuvo que aparcar su actividad y la retomó en 1940 comprando otro autocar Dodge y después un Grahan, que realizaba el transporte de obreros a las minas de Wólfram en Fontao.

-¿Y cómo fueron sus comienzos? ¿Ayudando a su padre?

-Nuestro padre tenía otros planes para sus hijos porque todos estudiábamos. Yo estuve interno en Los Paúles, en Marín. Pero él murió en 1959 a la edad de 47 años y con mi madre, como administradora de la comunidad de bienes, tuvimos que hacernos cargo del negocio.

-¿En ese momento qué volumen tenía la empresa familiar?

-Tenía tres o cuatro autobuses y ya era concesionaria de una línea regular entre Bandeira, A Estrada, Codeseda, Campo Lameiro, Xeve, Lérez y Pontevedra. La habían comprado en 1954 mi padre y mi tío Manuel a la empresa Auto Industrial de Ourense. Esta línea, que había sido creada por la familia Ferro de Campo Lameiro, fue el primer nexo de unión de la empresa Cuíña con la ciudad de Pontevedra, que se convirtió en una de nuestras bases de trabajo, junto con Silleda y A Estrada. Yo llevo 40 años viviendo esta ciudad, desde que creamos este centro de trabajo.

-Y desde entonces no han parado de crecer.

-Fuimos ampliando las concesiones, comprando otras empresas pequeñas que se vendían y aumentado la flota. Y cuando el Ministerio de Educación creó los grupos escolares apostamos por el transporte escolar y continuamos con la expansión.

-¿No le da vértigo mirar atrás y ver todo el camino andado?

-Estamos satisfechos de nuestra trayectoria y podemos ir con la cabeza muy alta porque trabajamos muy duro para que esta empresa familiar creciera. Los hermanos Cuíña hemos conducido autocares, y aún hoy lo hacemos en ocasiones, hemos hecho de mecánicos, administrativos, cobradores, inspectores... Lo que se necesitase en cada momento.

-¿Cuántos autobuses tienen en este momento?

-Cuíña tiene una flota de 50 autobuses y otros 70 Autocares Rías Baixas, en la que estamos asociados con la familia Mosquera, igual que en Viajes Deza, la agencia que creamos para organizar nuestros propios viajes turísticos. Una de nuestras últimas adquisiciones es el TopClass de dos pisos, uno de los mejores autocares del mercado, que en este momento está reforzando el servicio a la Universidad de Vigo. Pero nuestra intención es atraer y ofrecérselo a grandes operadores turísticos europeos.

-Este es un negocio en constante renovación que requiere mucha inversión ¿No es así?

-Por supuesto. La legislación es muy dura y los coches tienen que ser polivalentes para todo tipo de servicios, cortos y largos, y tienen una duración limitada.

-Transporte escolar, turístico, regular... ¿Cuál es el fuerte?

-El escolar. Y eso que hemos sufrido recortes. Para nosotros y para todas las empresas de Galicia. Si faltase el transporte escolar de la Xunta tendríamos que vender parte de la flota. En la comunidad hay 2.400 autobuses haciendo diariamente ese servicio. Y nosotros, entre Cuíña y Rías Baixas, tenemos unos 65 o 70 coches diarios trabajando en las provincias de Pontevedra y A Coruña.

-¿Y las líneas regulares?

-Tenemos Silleda-Pontevedra, con hijuelas en A Estrada; Pontevedra-Cambados; Pontevedra-Monte Porreiro; Pontevedra Salcedo-Brilat; Pontevedra-Lérez y Pontevedra-A Caeira.

-¿Por qué está siendo tan difícil crear un transporte metropolitano en Pontevedra?

-Es complicado por la cantidad de concesiones que hay, pero no te preocupes que como haya subvención nos ponemos de acuerdo enseguida. No hay conciencia del uso del autobús como servicio público, se coge poco, y nosotros, como empresas privadas, no estamos para perder dinero pagando ese servicio.

-¿Y el transporte urbano?

-Lo tuvimos dos años cuando gobernaba el PP, pero sin subvención era imposible mantenerlo, y el Bloque la suprimió. En Pontevedra, las distancias son cortas y es difícil circular. Habría que dar facilidades de fluidez a las líneas y a los usuarios una completa información de horarios y señalización de paradas para que se acostumbren.

-Hablemos de su gran pasión. La colección de autobuses históricos de Cuíña es impresionante.

-Tenemos 10 autobuses, 3 camiones y 8 turismos con una antigüedad desde 1941 hasta 1979. El alma mater de la colección es mi hermano Manuel. La empezamos en 1988 con un camión Mercedes del año 56 y la seguimos con los autobuses, que estaban para la chatarra y los restauramos en nuestros talleres con ayuda de nuestro personal. Las piezas las conseguimos viajando mucho a Alemania, visitando ferias, y a través de Internet. Las ultimas adquisiciones fueron un Hispano Suiza de 1941 y un Mercedes O-3500 Vetter de 1953.

-¿Esto es solo una afición o también un negocio?

-Al principio no lo vimos así, pero no cabe duda que es un patrimonio de gran valor. Aunque también nos costaron mucho las restauraciones.

-Son coches de cine y museo.

-Pues sí. El camión del 56 se lo alquilamos a Sancho Gracia para la película Fuxidos. Y en la última película de José Luis Cuerda, Todo es silencio, que se rodó en Carnota, sale el Pegaso-Comet Seida de 1963 conducido por mí, porque esos coches no dejamos que los conduzca cualquiera. En cuanto al museo, nuestra idea es crearlo, pero eso cuesta mucho dinero y no es el momento.

Edelmiro Cuíña Vence Gerente de la empresa Cuíña y de Autocares Rías baixas

«Los Cuíña hemos sido conductores, mecánicos, cobradores...»

«Mimamos mucho nuestros autocares y contamos con el mejor personal»

«El alma de la colección de coches históricos es mi hermano Manuel»