El fiscal del crimen del Cash Récord de Lugo pide que se indague sobre la pistola que se ocultó en Vilalba

xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Solicita que declare el hombre que puso al descubierto este hecho

22 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Tanto el fiscal como el abogado José Luis Fiuza, que representa a la familia de las víctimas, han solicitado al juez del caso que cite a declarar al hombre que dijo haber recibido información de la ocultación de una pistola, en un monte del municipio de Vilalba. El arma supuestamente sería de similares características a la utilizada para efectuar los disparos que mataron a Elena López Lens y a Esteban Carballedo, la cajera y el reponedor del Cash Récord de O Ceao, en Lugo. El doble crimen fue cometido hace más de 18 años.

El hombre que se pide que intervenga como testigo compareció el pasado mes de enero por otra causa en el juzgado de Pilar de Lara Cifuentes y allí contó que un compañero de celda le contó como una pareja con la que viajaba en el coche se deshizo de una pistola porque el vehículo estaba siendo controlado por la Guardia Civil. El arma fue ocultada en un monte de Vilalba, sin embargo podría haber sido recuperada pasados unos días del hecho.

Pero esta persona también contó que la segunda vez que estuvo en la cárcel, en el año 2008, le contó al sargento de la Guardia Civil que lo detuvo, la misma versión y que incluso se comprometió con él a que al salir de la cárcel haría gestiones para tratar de recuperar el arma. Para hacerse con la misma, habló con un amigo que conocía al hombre que en su momento se deshizo de la pistola en el monte vilalbés. «Necesito una pistola y estoy dispuesto a pagar hasta 2.000 euros», le dijo el testigo a su amigo. Este hizo diversas gestiones y fue a ver al presunto propietario del arma desaparecida a la zona de Abella.

El supuesto comprador le planteó al vendedor que quería un arma y este le dijo que disponía de una y se la mostró. El supuesto adquiriente fue ofreciéndole diversas cantidades hasta llegar a los 2.000 euros, pero el presunto poseedor no aceptó la oferta. Tras una discusión entre ambos, el hipotético vendedor le dijo a su supuesto cliente: «Es mejor para ti, si no quieres tener problemas».

La persona que mostraba interés en disponer de la pistola dijo que llegó a ver la misma. Era negra y del calibre 9 milímetros. El testigo dio numerosos detalles sobre la ubicación del local al que acudió en busca del arma.

En la investigación están en juego otras tres armas más. Una de ellas apareció en un piso de la calle Montero Ríos. Le fue atribuida inicialmente a J. V. C., la persona que ahora está en situación de búsqueda y captura. En una libreta que estaba en la vivienda apareció el nombre del anterior; sin embargo, en declaraciones que efectuó a policías que lo visitaron en la cárcel negó que la pistola fuese de su propiedad. Posteriormente se supo que el piso presuntamente podía estar alquilado por un guardia civil, sin embargo todo apunta a que esta circunstancia no llegó a ser investigada o, por lo menos, no aparece referenciado dicho extremo en la documentación que ya no es objeto de secreto de sumario.

La policía resuelve en tres líneas el caso de la pistola de Montero Ríos. Además de decir a quien es atribuible reseña: «dio su examen resultado negativo, en relación con la del Ceao». En ese párrafo también se hace referencia a que es negativo el resultado del estudio de la bala que se encontró en un pinar de Ramil. «Se comprobó en varias ocasiones», añade el atestado.

Al pinar de Ramil acudieron algunas personas a hacer prácticas con dos pistolas que parece que alguien puso en manos de un camello al que ofrecieron «dar un palo en O Ceao», según él mismo declaró. Actualmente está fallecido. Su testimonio podría ser ahora de vital importancia. En su momento prestó declaración ante el juez que se ocupó del caso inicialmente, y que luego se marchó de Lugo, pero no hay constancia de que se siguiera investigando.

Hasta cuatro armas figuran referenciadas en la investigación