El presidente asturiano aboga por recuperar relaciones con Galicia

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO RIBADEO / LA VOZ

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«El mercado del oriente gallego es una posibilidad que nuestros empresarios no deberían desaprovechar», dice Javier Fernández

28 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los vertidos a la Ría de Ribadeo, la Reserva de la Biosfera del río Eo, Oscos y Terras de Burón, los tramos por concluir en la autovía del Cantábrico, Feve, Ence-Navia, las relaciones comerciales... son muchos los asuntos de interés compartido para Asturias y Galicia. Cuestiones que habitualmente se trataban en las cumbres interautonómicas entre los gobiernos de la Xunta y el Principado, que dieron no pocos frutos e incluso abrieron la puerta a crear un frente común de las comunidades del noroeste. Todo ello, poco a poco, ha pasado a un segundo plano.

El objetivo de estrechar relaciones institucionales entre las dos comunidades nunca fue más intenso como cuando gobernaron en la Xunta y el Principado dos presidentes socialistas, amigos y compañeros de estudios, Emilio Pérez Touriño y Vicente Álvarez Areces. Con la llegada de Feijoo (PP) al poder en Galicia y la pérdida de sintonía política todo se fue diluyendo. Ahora, Javier Fernández (PSOE), en la presidencia del Principado desde hace unos meses, lanza una apuesta por recuperar esas relaciones.

Hace unos días, coincidiendo con su visita a Galicia para apoyar a Pachi Vázquez en el cierre de campaña hizo un alto en Ribadeo. Llegó conduciendo él su coche; con el responsable de prensa de copiloto. Nada de seguridad ni de séquito. Poco que ver con otras escenas de conselleiros a las que estamos acostumbrados. Y se pronunció sobre este y otros asuntos de actualidad: «Me acaban de contar que en Ribadeo viven 1.200 asturianos; creo que debería haber dado un mitin aquí», dijo en tono informal.

«¿Qué ha pasado en estos últimos dos o tres años con Galicia? Han sido años no solo de crisis, sino también de elecciones. Luego están las condiciones de la política en Asturias, que son las que conocemos. Por lo tanto, desde el punto de vista asturiano, la situación política fue la que en gran medida generó esa falta de conexión con los vecinos. Pero yo creo que eso es una constante en las relaciones del noroeste. Había cumbres desde la época de Pedro de Silva y debe seguir habiéndolas, porque hay cuestiones que afectan a Asturias, a Galicia, a Castilla-León y Cantabria, más allá del signo político que tenga uno u otro gobierno. Mi intención es que siga habiendo estas cumbres, por lo tanto solo no lo descarto sino que tendremos cumbres de esa naturaleza con otras comunidades autónomas con las que compartimos problemas comunes. Y Galicia lo es. Eso forma parte de la normalidad institucional, aunque compartir color político siempre ayuda».

Álvarez Areces propició la idea de un frente atlántico, con las autonomías vecinas compartiendo estrategia. Sobre si se debe recuperar esa iniciativa, Javier Fernández opina: «Bueno, un frente común o por lo menos conocer la visión que tiene cada uno de los diferentes asuntos. (...) Creo que hay que fomentar en España las relaciones horizontales, entre las comunidades autónomas, no solo entre las comunidades autónomas y el gobierno».

Oviedo, a un paso

La autovía ha puesto al centro de Asturias a un paso de A Mariña. Ranón, diez kilómetros antes de Avilés, ya es el aeropuerto de referencia para cada día más mariñanos, su primera opción frente a Santiago de Compostela. Y las áreas comerciales como Parque Astur o Parque Principado son también muy frecuentadas por mariñanos. Javier Fernández cree que en el empresariado asturiano cuando menos debería haber una percepción de que la costa lucense y Galicia en general es un mercado donde creer:

«Evidentemente el aeropuerto del oriente de Galicia, por proximidad, por comunicaciones, es el de Ranón. Más allá de lo que piense un gobierno, eso debería estar en la cabeza de los empresarios, de los que ofrecen servicios en Asturias, que pueden ser aprovechados en esta zona de Galicia. Es una expectativa de negocio, beneficioso para ambos, y con toda seguridad más allá de lo que pueda hacer el gobierno es una posibilidad que no deberían desaprovechar los empresarios asturianos».