«El dinamismo de las lonjas me motiva; no hay nada parecido»

Soledad Antón García
SOLEDAD ANTÓN VIGO / LA VOZ

FIRMAS

M. MORALEJO

Amante de los viajes lejanos, el último lo hizo en el avión de los Rolling

01 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Si no se hubieran torcido las cosas en la empresa familiar, Javier Touza colgaría hoy en su despacho el título de notario -llegó a preparar las oposiciones-, pero en casa necesitaron echar mano de su formación jurídica y no lo dudó un momento. Dejó Madrid y se plantó en Vigo.

Para cuando el problema de la armadora Chymar, que había entrado en suspensión de pagos, se solucionó un año después, el mundo del mar ya se lo había ganado para siempre. Así fue como en 1993 pasó a formar parte de la cuarta generación de armadores de la familia Touza, que un siglo antes había inaugurado su bisabuela.

Con semejantes antecedentes parece comprensible que su rincón favorito sea el puerto pesquero que, recién llegado de África -nació en Guinea-, pisó por primera vez con ocho años de la mano de su padre, y que ahora pisa a diario para acudir a su despacho de la Cooperativa de Armadores, de la que es presidente. «Me produce mucha motivación contemplar tanta actividad, tanto dinamismo, ver a cinco o seis mil personas moviéndose en las lonjas desde primeras horas del día. No hay nada parecido», afirma.

Sostiene que es un movimiento que si no se ve no se cree y aprovecha para recodar que Vigo es, con diferencia, el primer puerto pesquero de Europa y que es uno de los activos de la ciudad del que los vigueses no tendrían que cansarse de presumir. «Con motivo», subraya.

La pesca ha sido y es la vida de Javier Touza, así que está acostumbrado a capear temporales. Lo hace sin levantar la voz, pero reclamando sin eufemismos lo que considera que el sector merece. Uno de los frentes de batalla es conseguir que Bruselas entienda que la flota gallega no admite comparación con ninguna otra de Europa, ni en capacidad ni en tamaño y que como tal ha de ser tratada. «La Comisión tiene que ser sensible a nuestras demandas», pide.

Tampoco le gustan los eufemismos cuando la periodista le pregunta si es de los que cree que el rescate es inevitable. «Estamos intervenidos, que viene a ser lo mismo. Lo demás son cuestiones semánticas que están muy bien para los políticos, a los que veo como pollos sin cabeza, corriendo sin rumbo fijo». Dice que la primera huella que está dejando la crisis en la pesca es la de la financiación, porque «requiere un apoyo muy grande, tanto desde el punto de vista de las campañas como de la modernización de la flota».

No es menos preocupante la bajada que está experimentando el consumo y eso que, ironiza, en su casa se hace todo lo posible por evitarlo. «Comemos pescado cinco días a la semana». Le gusta todo, aunque si puede elegir prefiere los calamares y las cocochas de merluza.

Siguiendo con los placeres, reparte el tiempo libre entre libros, cine y música. Claro que donde esté un viaje a tierras lejanas para conocer otras culturas y otras formas de vivir y de pensar, que se quite todo lo demás. Aún recuerda el último, que le llevó por Tailandia, Camboya, Nepal y Dubái. Lo mejor fue que lo hizo en el avión que utilizan los Rolling Stones en sus desplazamientos. «Eso sí que fue un auténtico lujo asiático», reconoce.