«No sé de qué, pero me veo volviendo al Celta»

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

FIRMAS

Oscar Vazquez

Míchel Salgado y José Magaz se conocieron en 1999, cuando el primero acudió al restaurante del segundo a cerrar el trato con el club merengue. Enseguida congeniaron

12 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Al margen de que cada uno en los suyo sabe lo que es jugar en la Champions, Míchel Salgado y José Magaz tienen más cosas en común. Los dos dieron sus primeros pasos y sus primeras patadas a un balón en la Travesía de Vigo, a los dos les gusta el fútbol y disfrutan con la buena mesa. Y fue en el por entonces recién abierto restaurante de Magaz donde Míchel cerró el trato para cambiar los aires de Vigo por los de Madrid allá por el 99. Desde entonces, pese a que Magaz es del Barça, mantienen una gran amistad.

-En realidad a los aires de Vigo nunca ha renunciado.

-[Míchel Salgado] Ni lo haré. Las vacaciones en Samil son sagradas. Aquí sigo teniendo mi pandilla de amigos.

-[José Magaz] Yo también soy de playa. La de las Cañas de Nigrán es mi favorita. Fue donde monté el primer negocio con 20 años.

-Han sido las suyas trayectorias paralelas. ¿Cómo empezaron?

-[M.S.] Me crié en Coia, en el Cristo de la Victoria. Jugaba en el equipo del barrio y un día vino a buscarme a As Cancillas, el mesón de mi familia, Pepe Villar, al que todo el mundo recuerda. Él y Javier Maté fueron mis primeros entrenadores.

-[J.M.] Yo empecé lavando tazas de café para poder salir por las noches. Tenía 16 años y estudiaba informática. Mi hermano gemelo, que estudiaba cocina, como hacía prácticas en Los Abetos, podía salir. A mi no me dejaban, así es que le pedí que me llevara con él. Tanto me gustó que dejé la Informática.

-Míchel también abandonó los estudios.

-[M. S.] El primer contrato con el Celta me pilló recién matriculado en Empresariales. Enseguida me di cuenta que los entrenamientos, los partidos y los viajes me impedían asistir a clase, así es que lo dejé. Pensé que algún día podría retomarlo, pero ahora ya es tarde. Lo que sí me planteo es estudiar idiomas.

-Seguro que uno de ellos será el árabe.

-[M. S.] Seguro. Me voy el miércoles. Tengo varias reuniones en Qatar y Dubái. Todavía no sé en cuál de los dos jugaré la próxima temporada, lo que sí está ya cerrado es el compromiso con las cadenas Al Jazeera y Sky para analizar los partidos.

-¿Qué fue más duro, marchar de Vigo o de España?

-[M. S.] Fueron dos etapas diferentes que no pueden compararse. Irme de Vigo fue muy duro porque era irme del equipo en el que me crié, de mi ciudad, de mi gente... Dejas muchas cosas, pero tenía 22 años y quería volar. Para el Celta era vender a un chico que no les había costado nada por 12 millones de los de 1999. De Madrid me fui porque había cubierto una etapa. Era el momento de cambiar y vivir experiencias nuevas. Lloré en ambos casos.

-[J. M.] En hostelería también se dejan cosas por el camino. Es un sector que quema mucho y aunque todo vaya bien y puedas contratar personal, en un negocio tan personalizado como El Soriano los clientes quieren verte allí de lunes a domingo. Con familia se hace muy difícil.

-¿Cómo se ven en un futuro próximo?

-[M.S.] Volviendo al Celta. No sé de qué, pero volviendo.

-[J. M.] Si esta crisis no acaba con todo, en la hostelería.

-Han compartido tantas comidas que seguro que se conocen los gustos.

-[J.M.] A Míchel le gustan los percebes, el bacalao y los arroces.

-[M.S.] Y las lentejas. En casa no pueden faltar al menos una vez por semana.

LA cháchara DEL VERANO CON... míchel salgado Y josé magaz