Las alegaciones lograron modificar el trazado del plan de gasificación
13 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Los alcaldes de Boiro, Ribeira, Rianxo y A Pobra apostaban por una red de gas que no implicase nuevas expropiaciones, especialmente en el caso de aquellos vecinos que habían perdido parcelas con la construcción de la vía rápida. No fue fácil llegar a dotar de este servicio a la comarca de Barbanza. Es más, se trata de un proceso que, todavía hoy, continúa llevándose a cabo, de forma escalonada. Hace menos de un año que se anunciaba que la villa pobrense tendría dicha prestación. En Ribeira, cuentan con ella desde el 2011.
Del conflicto surgido daba cuenta La Voz el 13 de julio de 1999: «La Xunta paralizó el plan de gasificación de la comarca». Con ese titular abría el periódico su portada aquel día. El entonces conselleiro de Industria, Antonio Couceiro, anunciaba que se estudiarían posibles trazados alternativos para conseguir que el número de titulares de terrenos afectados por el paso de la conducción fuese el menor posible. Hubo reuniones a diferentes niveles y también numerosas alegaciones: un total de 107 llegó a sellar en Industria tan solo la comisión de afectados de A Pobra. Los regidores apostaban por que el gasoducto barbanzano siguiese un trayecto paralelo a la autovía y, de hecho, lograron reducir en gran medida la afectación del proyecto sobre las propiedades. Pese a ello, tan solo en Boiro eran 300 los afectados, de una manera o de otra, por la futura tubería.
Este periódico informó de las implicaciones que suponía el proyecto para los vecinos. El 23 de abril del 2010, daba cuenta de que el gasoducto evitaría el núcleo de Beluso y cruzaría la ría enterrado y paralelo al puente. Solo dos días más tarde, en cambio, se apuntaba que sí atravesaría el lugar rianxeiro de O Burato, en la parroquia de Taragoña. En los barbanzanos recayó defender el equilibrio entre el progreso y la conservación de su terreno.