Aluvión de reclamaciones por el copago en el centro de San Roque

susana luaña Nachortas VILAGARCÍA / LA VOZ

FIRMAS

NACHORTAS

Entre protestas, despistes y errores, la trabajadora social no da abasto

05 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

No son solo las farmacias las que no dan abasto con las protestas, los errores y los malentendidos a los que está dando lugar el copago de medicamentos. También en los centros de salud se acumula el trabajo de los asistentes sociales, los encargados de recoger las quejas de los pacientes y de informar a los despistados sobre los nuevos requisitos para el pago de medicamentos. En el ambulatorio de San Roque, por ejemplo, acaban todos los pacientes que antes pasaron por la farmacia y se sorprendieron al ver que tenían que pagar las medicinas, o que no están de acuerdo con lo que les corresponde por diversas causas. Por eso la trabajadora social no da hecho, y como ella, sus colegas en los demás centros de salud de la comarca. Porque aunque desde Sanidade se dice que las protestas son escasas, lo cierto es que la impresión que se obtiene al preguntar en las farmacias y en los centros de salud es distinta. Y aunque hay de todo, en general los pacientes no están de acuerdo con tener que pagar por las medicinas.

Las reclamaciones se dan por varios motivos, pero tres son los principales. En un sondeo por las farmacias se puede comprobar que el primer colectivo descontento es el de los jubilados, que no están de acuerdo con tener que pagar sus medicinas, y que no pierden ocasión para recordar que son «otros» y no ellos los que llevaron al país a la ruina.

En segundo lugar están los despistados. Es decir, los que a pesar de la información que se lleva dando en las últimas semanas sobre el copago, todavía no se enteraron de que les toca pagar las medicinas que antes obtenían totalmente gratis. Aunque en las farmacias ya se les informa al respecto, a los que aún así no están de acuerdo o no se fían, se les remite también al centro de salud para que pregunten a la trabajadora social.

Y en tercer lugar están las víctimas de los inevitables errores de todo sistema administrativo en sus primeros días de funcionamiento. Porque hay pacientes a los que no les corresponde pagar -beneficiarios de pensiones no contributivas o enfermos crónicos- y a los que sin embargo se les cobra.

A todo ello se suman los fallos en el propio sistema informático, que esta semana provocaron el caos en las farmacias.