Las vocaciones vienen de fuera

Miguel Cabana
miguel cabana LUGO / LA VOZ

FIRMAS

OSCAR CELA

En casi todos los conventos de la provincia ya son mayoría aplastante las monjas extranjeras, sobre todo de América y África

06 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Si la sociedad civil está en crisis económica, las sociedades religiosas también están en crisis de vocaciones. Porque en casi todas las congregaciones religiosas femeninas de la provincia de Lugo ya son mayoría aplastante las monjas de otros países, y con frecuencia la madre superiora es la única española, regentando una comunidad multirracial. La foto superior, del convento lucense de Santo Domingo, regido por una comunidad de Agustinas de clausura, es un perfecto ejemplo de la situación: las cuatro monjas jóvenes son de Guatemala y solo la superiora es española. La imagen fue tomada la semana pasada, con motivo de la festividad de los pasteleros. Los empresarios del sector acudieron a una misa en la iglesia conventual de Santo Domingo, a la que también asistió la comunidad de clausura, pero con la conveniente reserva, es decir, desde el coro y detrás de las rejas.

En el convento de las Salesas, ubicado cerca de la Casa Diocesana, y también de clausura, ocurre algo parecido porque la gran mayoría de las religiosas son africanas: ocho en concreto.

La congregación Sí a la Vida, que regenta un piso en la zona de la vieja residencia sanitaria y se ocupa de recoger a madres embarazadas y con problemas también tiene a dos monjas africanas.

Pero el caso más curioso por su multirracialidad es el monasterio de las Carmelitas Descalzas ubicado en la parroquia de Muxa y también de clausura, en donde hay en estos momentos cuatro monjas peruanas, tres argentinas y dos venezolanas.

El convento de las Clarisas de Monforte es otro caso similar en el que buena parte de la congregación estaba formada por novicias o monjas de fuera de España, aunque en este momento parece que son todas de Galicia. Dado que todas las congregaciones tienen conventos o centros de formación en diversos países, la llegada de nuevas religiosas extranjeras y su número puede variar a lo largo del año.

También los monasterios de hombres sufren la llegada de vocaciones de fuera, aunque en menor medida. En Samos solo hay a día de hoy un monje de Centroeuropa.

Los Franciscanos que regentan el santuario de O Cebreiro y varias parroquias de la zona también cuentan con un italiano. Y, por último, en el Santuario de la Saleta, del municipio pontevedrés de Silleda, el pequeño grupo de monjes Saletinos tiene un africano y un nórdico.