Poio comienza a inspeccionar furanchos por la nueva norma

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

FIRMAS

Sobral estima que puede haber entre 20 y 30 negocios en el municipio

21 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Ante la inminente aprobación de la nueva ordenanza municipal para regular los furanchos, funcionarios del Concello de Poio han comenzado a inspeccionar aquellos locales que optarán a disponer de la autorización obligatoria. Así lo confirmó ayer el alcalde Luciano Sobral, quien añadió que ya durante la mañana del martes se realizaron los primeros reconocimientos de loureiros.

El objetivo es que estos locales se adecúen a las características estructurales que recoge la normativa. Esto es, disponer de una superficie destinada al público con menos de cincuenta metros cuadrados, un aforo para una treintena de clientes, ser accesible para discapacitados o disponer de, al menos, un aseo.

Algunos miembros del sector reconocieron que tales condicionantes pueden llegar a ser demasiado restrictivos, pero asumen la idea del Concello de Poio de que los furanchos no deben desmarcarse de lo que es una actividad tradicional. «Non podemos ser restaurantes», manifestó un propietario.

En este sentido, Sobral abordó, asimismo, la principal crítica o demanda del sector con respecto a la nueva normativa, la exigencia de poder servir algunas tapas calientes al margen de los embutidos y las conservas contemplados en la ordenanza. En este sentido, el regidor municipal de Poio incidió en que se deja la puerta abierta a que «os clientes leven a súa propia comida das súas casas. Entendo que con isto dase unha resposta adecuada ás peticións e eles entendo que o comprenderon».

No obstante, asumió que este requisito podría variar en el momento en el que entre en vigor el nuevo decreto que está preparando, desde hace meses, la Xunta. Al parecer, en este documento podría permitirse que los furanchos sirvan hasta cinco tapas calientes diferentes.

En cualquier caso, mientras no llega ese momento, Luciano Sobral matizó que la legislación vigente es la que viene determinada por un decreto autonómico del 2008. En este punto, reconoció que el mismo es bastante ambiguo con respecto al papel que deben cumplir los ayuntamientos, por lo que aguarda que el que está en elaboración otorgue mayor presencia a las autoridades municipales a las que previsiblemente encomendará la misión de control y vigilancia de estos negocios.

El objetivo, a la larga, es disponer de un registro como ya existe de otras actividades turísticas y hosteleras. A este respecto, el alcalde de Poio estimó que en el Concello pueden estar abiertos «entre unha veintena e unha treintena de furanchos».