Un exceso de confianza agravó el desastre de Fukushima

Vitor Hugo Brandalise

FIRMAS

El Gobierno japonés planeó la evacuación de Tokio, aunque dijera que la situación estaba bajo control. El hecho fue revelado por una Fundación que investigó la crisis. Los expertos apuntaran que el Gobierno y los funcionarios estaban mal preparados.

09 mar 2012 . Actualizado a las 17:07 h.

En los peores momentos de la crisis nuclear desatada por el terremoto en Fukushima, el Gobierno japonés llegó a temer que otras dos centrales nucleares fuesen afectadas y planeó la evacuación de Tokio, la ciudad más poblada del mundo, con 36 millones de habitantes. Durante toda la crisis, sin embargo, el ejecutivo japonés intentaba convencer a la población y a la comunidad internacional de que la situación estaba bajo control.

El hecho fue revelado al inicio de la semana por un equipo de 30 expertos de la Fundación Iniciativa para Reconstruir Japón, que entrevistó a las 300 personas involucradas con la crisis nuclear, incluso el entonces primer ministro, Naoto Kan, y a los directores de la propietaria, la Eléctrica de Tokio, conocida como Tepco.

La conclusión de la investigación fue que tanto el gobierno como los funcionarios de Tepco estaban «asombrosamente mal preparados en casi todos los niveles para el complejo desastre nuclear que comenzó con un terremoto y un tsunami. Y este error afectará a los japoneses durante décadas».

En la investigación, los expertos descubrieron fallos básicos, como el hecho de que uno de los sistemas de resfriamiento de emergencia no estaba en operación en las horas más críticas del desastre. Esto ocurrió por desconocimiento del sistema por parte de tres distintos sectores de Tepco, lo que produjo un efecto en cadena que llevó el Gobierno a considerar el peor escenario posible, la evacuación de la capital.

Lo más preocupante de la investigación, según los expertos, fue descubrir los fallos de preparación de los funcionarios. «Ellos fueron arrojados en el medio de una crisis sin entrenamiento o instrucciones», escribieron.

Los sistemas de predicción de desastres nucleares del gobierno japonés, llamado SPEEDI y en lo cual fueron invertidos diez mil millones de yenes, también falló, según la investigación. El sistema, que debería servir para advertir sobre la difusión de la radiación por medio de informes distribuidos a las agencias reguladoras del Gobierno, no fue activado hasta el 23 de marzo, aunque el desastre fue en el 11 de marzo del 2011.

La directora de la Fundación Iniciativa para Reconstruir Japón, Kay Kitazawa, especialista en planeamiento y gestión de ciudades y investigadora de la London School of Economics and Political Science, concedió desde Japón una entrevista a La Voz de Galicia:

- El Gobierno japonés nunca divulgó el plan de evacuación de Tokio. ¿Cómo una revelación así afecta a la credibilidad del programa nuclear de Japón?

-El hecho de que el gobierno japonés ocultase información sobre el peligro a los ciudadanos ha creado desconfianza en el establishment. Después del desastre de 3/11, se reveló que de algunas de las reuniones en las que se discuten los planes detallados de respuesta ante crisis no se habían mantenido las actas o cualquier otro registro. Hay que redoblar los esfuerzos para hacer la toma de decisiones transparente, especialmente, mediante la divulgación de los documentos pertinentes tan pronto como sea posible.

-¿Cuál es la razón para la mala preparación de todos los sectores envueltos, considerando que la seguridad es una cuestión clave en un programa nuclear?

-La clave es lo que llamamos el «mito de la seguridad absoluta». Ingenieros japoneses y reguladores han estado orgullosos de sus instalaciones de alta tecnología, así como de su muy alto estándar de habilidades, que facilitaron una gestión rigurosa de la planta de energía nuclear. Pero su orgullo los llevó a un exceso de confianza, los llevó a pensar que el sistema nuclear japonés es absolutamente seguro. Esto les llevó a ignorar las advertencias del exterior, así como a ignorar la necesidad de mejorar las normas de seguridad.

Su orgullo los llevó a un exceso de confianza y a ignorar la necesidad de mejorar las normas de seguridad

-¿Qué tipo de castigo puede ser aplicada a los posibles culpables?

-Otro factor que llevó a esta falta de preparación fue tener un régimen de regulación complicado, que permite una ambigüedad entre la rendición de cuentas y la aplicación de la responsabilidad legal.