La catástrofe nuclear de Fukushima se agravó por errores del Gobierno japonés y de Tepcom

Carlos Ponce

FIRMAS

Una mujer camina con su hija por las ruinas de Fukushima
Una mujer camina con su hija por las ruinas de Fukushima KIMIMASA MAYAMA / EFE

La deficiente actuación del Gobierno nipón y de la empresa propietaria de la central, provocó que el nivel de radiación fuese tan elevado

09 mar 2012 . Actualizado a las 15:58 h.

El desastre nuclear de Fukushima pudo ser menos grave si el gobierno japonés y la eléctrica Tepco, propietaria de la central, hubiesen gestionado mejor la crisis. El personal de dicha empresa, no se encontraba preparado para afrontar emergencias como el corte de energía provocado por el terremoto y la posterior radioactividad.

Uno de los principales errores fue que Tepco tardó demasiado en informar al gobierno de la situación real que se vivía en Fukushima, por lo que el Ministerio de Industria japonés se demoró en enviar el personal necesario a la central y poder minimizar los efectos de la catástrofe nuclear. Los empleados de Tepco, por su parte, tampoco tenían la formación adecuada para afrontar las circunstancias.

Uno de los principales fallos achacados al Gobierno nipón es la evacuación de los habitantes de las regiones afectadas. Y es que algunos ciudadanos fueron trasladados a áreas que estaban contaminadas por la radioactividad de Fukushima.

Los expertos señalan que los operarios de Tepco gestionaron mal la situación de los reactores 1 y 3, que sufrieron una fusión de sus núcleos tras el terremoto. Los empleados pensaron que el condensador de aislamiento, encargado de refrigerar el núcleo, funcionaba, pero no fue así. Esta situación provocó que la decisión de verter agua para enfriar el reactor se retrasase. En lo que respecta al reactor 3, Tepco algunos trabajadores detuvieron el sistema de refrigeración de emergencia sin avisar a sus superiores. Esta decisión provocó que el núcleo estuviera siete horas sin que se le inyectara ni una gota de agua. Los especialistas aseguran que una respuesta más rápida y más razonada conseguirían que los reactores fuesen menos dañados y así hubiesen emitido menos radioactividad.

Después de un año, sigue siendo complicado de entender como en el país que en teoría es la mayor potencia tecnológica del planeta una catástrofe natural ha provocado la muerte de 30.000 personas y una devastación del país tan grande.