Jorge Ledo se licenció en Filología Hispánica por la Universidade da Coruña, hizo un posgrado en Barcelona, se doctoró en Aberdeen, ha dado clases en Míchigan y ahora ejerce en Basilea. Con este currículum es inevitable mencionar la emigración de investigadores. «Es un hecho, como lo es la mitología que la presenta como opción cierta y prorrogable para todos, y eso no se ajusta a la verdad», matiza Ledo. «El riesgo de que dos generaciones queden atrapadas sin poder desarrollar su carrera académica ni en España ni en el extranjero, ya que el recorte en investigación es global, me preocupa mucho. Me parece también importante diferenciar entre formación internacional y turismo académico. En nuestras universidades, solo las estancias breves y de media duración en centros extranjeros que no corten el cordón umbilical del investigador permiten el ?retorno?. Quienes creímos, y creemos, que la clave para hablar de una formación sólida y ofrecer un valor añadido a la institución que nos contrate pasa por adquirir solvencia en varias disciplinas, por asimilar metodologías de trabajo diversas y por conocer a fondo distintas realidades educativas, sabemos que no hay vuelta atrás, y no precisamente por nuestra voluntad», añade.
Precisamente el mentor de Ledo en Aberdeen fue otro gallego, el vigués Alberto Moreiras, profesor en Texas, a quien califica también de «enorme intelectual, maestro y amigo», y que fue determinante en la orientación de las actuales líneas de trabajo de Ledo.