La crisis y los recortes tampoco han dejado de lado a Alusor, donde la Xunta ha reducido las ayudas un 68% en dos años, pasando de 6.414 euros en el 2009 a 2.073,67 en el 2011, según explica el presidente del colectivo.
Alusor nació hace menos de una década y fue una disgregación del otro colectivo de sordos de la ciudad, el más antiguo, Asorlu. «Separámonos porque temos unha filosofía distinta, o principal obxectivo é eliminar situacións de dependencia. Teño una discapacidade, asúmoo, pero non teño por que sentirme inferior», dice Fernández.
La asociación Alusor ofrece servicio de intérprete. Una de las trabajadoras es Raquel Martínez, que se ocupa de gestiones tan variadas como trámites administrativos, consultas médica o interpretación de cartas de las Administraciones. También hay cursos de lengua de signos, informática, artesanía, charlas... Y un club deportivo de petanca, billar, dardos o bolos que ganó decenas de premios.