En el sur de Lugo, el BNG no ha sufrido ninguna baja significativa tras la asamblea de Santiago. Tampoco después de la decisión del Encontro Irmandiño de salir de la organización. Es seguro que los abandonos de los seguidores de Xosé Manuel Beiras llegarán, pero el caso es que todavía no se han producido. De hecho, en la asamblea del viernes en Monforte estuvieron presentes un buen número de militantes adscritos a la corriente que anunció hace días que deja el BNG. Entre ellos, la hasta ahora vicerresponsable comarcal, la concejala en Sober Paula Vázquez Verao. Para sorpresa de muchos, incluso participaron en la votación para elegir el nuevo consello comarcal. Ella también votó, pero asegura que lo hizo en blanco. «Eu persoalmente quixen estar porque me parecía que o correcto era despedirme dos meus compañeiros», afirmaba ayer.
La anterior responsable comarcal, Alicia Cadarso, explicó ayer que si estos afiliados participaron en la votación fue porque siguen siendo militantes y, por tanto, pueden hacerlo. «Ademais -añadió-, ninguén obxectou nada a que votasen».
Está por ver qué impacto tendrá la escisión del Encontro Irmandiño en la representación del Bloque en los ayuntamientos del sur de Lugo. Hay concejales de esta corriente, o próximos a ella, al menos en Chantada, Sober y Quiroga. Todas las agrupaciones locales tienen que celebrar asambleas en las que concejales y afiliados tendrán que tomar una decisión al respecto.