Más de un centenar de muertos en el sexto día de asedio a Homs

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

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Turquía y EE.UU. buscan una nueva salida diplomática a la crisis siria

10 feb 2012 . Actualizado a las 11:58 h.

La sangre sigue corriendo en Siria, con más de un centenar de muertos ayer en la asediada Homs, en medio de nuevos intentos de los países árabes, Turquía y EE.UU. para buscar una salida a la crisis tras el fiasco en el Consejo de Seguridad.

La represión de Bachar al Asad se cobró ayer las vidas de 126 personas, 110 de ellas en Homs, según recabó el canal Al Arabiya de los opositores. Por sexto día continuó el asalto contra Homs, donde cohabitaban pacíficamente 1,6 millones de suníes, alauíes y cristianos antes de que estallara la revuelta. La ciudad está cercada con puestos militares en todas las carreteras que impiden la llegada de alimentos y medicinas, que comienzan a escasear, así como el combustible para paliar las bajas temperaturas.

Los bombardeos se centran en los barrios suníes de Bab Amr, Khaldiyeh y Al Bayada. A través de un teléfono vía satélite, Omar Homsi explicó a la agencia DPA que Bab Amr es como «una ciudad fantasma», donde la mayoría de la gente ha huido, «Las calles están desiertas, solo quedamos unos pocos y algunos heridos que están siendo tratados en casas seguras», señaló. Acudir a los hospitales significa la detención. Tan solo quedan tres médicos, uno de los cuales resultó herido en un ataque.

«Por favor, haced algo»

El activista Hadi al Abdallah contó que ayer doce casas fueron blanco de ataques. «Tres familias murieron [...] hombres, mujeres y niños. Los cuerpos están mutilados», lamentó en declaraciones a Al Yazira. «Estamos mendigando al mundo: por favor, haced algo», clamó el vecino Omar Shakir al canal catarí.

Barack Obama condenó el «escandaloso baño de sangre», y el británico David Cameron, insistió en la necesidad de seguir presionando al régimen. «Lo que estamos viendo es completamente inaceptable», dijo.

Tras el fracaso de la resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU, Turquía quiere reunir en una conferencia internacional a los países implicados y elaborar una nueva hoja de ruta, mientras la Administración Obama llamó a formar un grupo de amigos de Siria y a proporcionar ayuda humanitaria. Iniciativa a la que Rusia restó ayer toda legitimidad, porque representa una «injerencia externa», según informa Efe. De todas formas, el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, intenta lograr el apoyo de Moscú a su plan.

Turquía ha dejado claro que su esfuerzo diplomático no contempla ni una intervención militar ni establecer una zona de protección para civiles en el lado sirio de su frontera común. Su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, llegó ayer a EE.UU. con ese objetivo. Allí cifró en 40.000 los militares sirios que han desertado.

La Liga Árabe estudiará el domingo el reconocimiento del Consejo Nacional Sirio. Esta agrupación opositora aboga por la opción militar y el suministro de armas a los desertores con la vista puesta en Catar y otro países del Golfo.

La ONU está considerando el envío a Siria de una misión conjunta de observadores tras la petición en ese sentido de la Liga, según reconoció la madrugada de ayer el secretario general de la institución, Ban Ki-moon.

Entretanto, Alemania decidió expulsar a cuatro diplomáticos sirios por actividades incompatibles con su labor.