La propuesta de Angela Merkel de poner la economía griega bajo la supervisión de un comisario europeo ha indignado a Grecia y ha disgustado a la mayoría de sus socios. Desde el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués Jean Claude Juncker, al presidente Francés, Nicolas Sarkozy, varios líderes se mostraron ayer contrarios a esa idea. Aunque la respuesta más contundente vino del ministro de Finanzas griego, el socialdemócrata Evangelos Venizelos, quien en un comunicado enviado desde Atenas acusó a Angela Merkel de «ignorar algunas cuestiones históricas» al tratar de poner a su país «ante el dilema de la asistencia económica o la dignidad nacional».
Los Veintisiete aproximaron ayer posturas sobre las nuevas partidas de auxilio destinadas a Grecia, y también acordaron adelantar a julio de este mismo año la entrada en vigor del nuevo mecanismo europeo de estabilidad financiera (MEDE), cuya dotación, que será decidida en la cumbre de marzo, podría superar los 500.000 millones de euros.